sábado, 11 de agosto de 2012

LA PEDAGOGÍA SOCIAL DE LOS POLÍTICOS Y LOS MAESTROS





     Los políticos suelen decir que tienen el propósito de hacer padagogía, de explicar sus acciones a los ciudadanos, Pero la realidad es que la política se mueve, en general, dentro de sus propias contradicciones y alejada de la gente.


                           
 

       
   Con frecuencia escuchamos a políticos de todo color y condición diciendo que deben hacer más pedagogía social, para explicar a la ciudadanía las medidas que han tomado sus respectivas organizaciones.
        Muchos son profesores o estudiaron carreras conducentes a la docencia, pero hace tanto que cambiaron los pupitres por sillones que ya no se acuerdan de la Pedagogía que aprobaron ni, lo que es más peocupante, de las aulas, a las que solo vuelven de ciento o viento para inauguraciones con cámaras de televisión incluidas.
        Docentes o no, al parecer la clase política carece de herramientas para hacerse entender. Tal vez sea porque confunden la pedagogía con la publicidad. Rodeados de palmeros agradecidos que les jalean cuanquier ocurrencia y asesorados por abultados gabinetes de comunicación, piensan que basta con dar cuatro titulares ingeniosos a la prensa o salir en tromba en los telediarios de fin de semana para que su mensaje llegue a todos los hogares a la hora de la cena. Pues no.
    Primero hay que hacer cosas y luego explicarlas. O mejor, hacer las cosas bien y explicarlas mejor. Lo difícil es no hacer nada y aparentar que se hace. O peor, hacer una cosa y tratar de explicar lo contrario de lo que se hace.
    En la escuela utilizamos la Pedagogía como ciencia. ¿Cómo pueden decir los políticos que la educación es prioritaria cuando las partidas destinadas a los centros docentes y a su profesorado bajan en mayor proporción que la media de los presupuestos? ¿Cómo hablar de mejorar la calidad para ganar posiciones en las evaluaciones internacionales si vamos en sentido contrario a lo que hacen otros países de nuestro entorno? ¿No decían que la educación y la investigación son las mejores inversiones de futuro?
    De poco sirven los eufemismos para edulcorar los problemas o la excusa de herencias recibidas para justificarse. Ni antes, no ahora ni después. Los ciudadanos necesitamos saber, queremos saber y tenemos derecho a saber qué está pasando en medio de una crisis que casi nadie entiende pero que la sufren principalmente quienes menos tienen.
    Todo profesor es consciente de que la docencia exige conocer a fondo la materia y ser capaz de transmitir esos conocimientos en clase. Pero para ser un buen profesor necesita, además, empatía con sus alumnos. Si ellos no te comprenden, habrá que buscar nuevas metodologías pedagógicas para motivarles y ganar su confianza. Esta disposición a cambiar genera credibilidad y autoridad.
    En política, la credibilidad no la proporcionan los votos, sino decir la verdad y,sobre todo, insertarse en el tejido social. Hay quienes viven en la burbuja del escaño o del despacho, cuando lo que necesitarían es caminar doscientos metros diarios de acera, arrastrar el carrito en el supermercado y halar con la gente normal y corriente, preocuparse por sus problemas e intertar buscarles soluciones. Algunos ya lo hacen, pero los menos.
    La política no puede reducirse a rifirrafes en sede parlamentaria o a declaraciones y contradeclaraciones en los medios de comunicación. Necesitamos más democracia participativa. Hay que hablar, debatir, contraponer ideas y escuchar a los ciudadanos en sus ambientes naturales y a los colectivos que los representan. Eso sí sería hacer Pedagogia social y, seguramente, la entenderíamos.