Tras unas horas ausente por motivos no revelados la aplicación de WhatsApp para iOS vuelve a estar disponible en la App Store y millones de damnificados respiran aliviados. Pero eso no va a cambiar mi reticencia a usar WhatsApp. Pese a que he explicado repetidamente mis razones para evitar este apliservicio, siguen preguntándome por ellas, así que a continuación las resumo, en
cinco o seis ‘in’.
cinco o seis ‘in’.
No, no esperen ustedes encontrarme en WhatsApp. Me parece un servicio:
* INestable. WhatsApp falla más que una escopeta de feria. Su aplicación cliente para iOS es como el Guadiana: desaparece frecuentemente de la App Store y cuando vuelve a aparecer lo hace sin ninguna explicación. Sus enrollados creadores tienen blog, pero sólo lo usan para presumir de sus éxitos, no para informar a sus usuarios. Se limitan a publicar tuits ambiguos en una cuenta secundaria (@wa_status).
* INseguro. Las comunicaciones a través de WhatsApp tienen más agujeros de seguridad que un queso Emmental. Los mensajes se transmiten sin cifrar, de modo que cualquier curioso provisto de alguna de las múltiples herramientas disponibles en la web podría huismear lo que escribo cuando estoy conectado a una red WiFi abierta, o incluso cambiar mi estado con sólo conocer mi número de teléfono. Lo peor es que WhatsApp ha sido repetidamente advertido de estos defectos y no ha reaccionado. (Hay una excepción a la ausencia de cifrado: en los BlackBerry las comunicaciones sí se cifran, gracias a que viajan a través de los servidores de RIM; pero ello sólo ocurre en una parte de la conversación; si al otro lado hay alguien con otro tipo de smartphone, tampoco sirve de gran cosa. Además, los usuarios de BlackBerry ya disponen de BlackBerry Messenger, que es cifrado de extremo a extremo).
* INtrusivo. ¿Cómo? ¿Que cualquier persona cuyos datos estén en el listín de mi móvil y que tenga mi número de teléfono va a poder interrumpirme con mensajitos sin que yo le acepte como contacto? Ni hablar. Y no me vale que pueda bloquearles a posteriori: tengo más de 4.000 contactos. Ni tampoco que me puedan interrumpir igualmente llamándome por teléfono o enviándome un SMS: ambos medios cuestan dinero, que afortunadamente es un elemento disuasorio.
* IMpreciso. WhatsApp es un pésimo indicador de presencia. Hace meses que no tengo la aplicación cliente instalada en ninguno de mis teléfonos, pero sigo encontrando personas que me recriminan no haberles respondido a un mensaje que me escribieron o un fichero que me enviaron, y que yo nunca recibí. Por no hablar del absurdo mito del doble check y la importancia que se le ha llegado a dar.
* INflexible. WhatsApp no acepta estar activado simultáneamente en más de un teléfono. Supongo que yo manejo habitualmente más terminales que la mayoría de los usuarios, pero también hay muchas personas que tienen contratado un servicio multi-SIM para tener el mismo número en el móvil particular y en el profesional.
* INcompatible. Sï, WhatsApp ofrece aplicaciones cliente para Android, BlackBerry, iPhone, Symbian y Windows Phone. Pero todas son plataformas móviles, y yo no quiero usar redes distintas en el móvil y en el ordenador para comunicarme con las mismas personas. Me falta una aplicación cliente de WhatsApp para Mac (o para Windows). Incluso me conformaría con un cliente web. Pero tendría que poder mantener la conexión simultánea en varios dispositivos. Hasta entonces, búsquenme en Google Talk, que tiene aplicaciones cliente para todas las plataformas de sobremesa y móviles. ¿O es que no tienen ustedes dirección de Gmail?
Hasta aquí mis
cinco
seis motivos para no usar WhatsApp. Probablemente ustedes tendrán otros para usarlo (‘lo tiene todo el mundo’ ¿seguro?-, ‘no tienes que darte de alta’). Allá ustedes. Si desean considerar otras opciones, aquí tienen 21 alternativas para elegir.
cinco
seis motivos para no usar WhatsApp. Probablemente ustedes tendrán otros para usarlo (‘lo tiene todo el mundo’ ¿seguro?-, ‘no tienes que darte de alta’). Allá ustedes. Si desean considerar otras opciones, aquí tienen 21 alternativas para elegir.
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