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martes, 20 de noviembre de 2012

LA LOTERÍA DE NAVIDAD, UN SORTEO DIFERENTE.-


                            

  El sorteo de la lotería nacional de navidad  es algo más que un juego de azar, constituye un acto social por el que las familias, amigos, veninos … se intercambian participaciones, a la vez que una multitud de organizaciones  de todo tipo aprovecha el tirón para obtener un dinero extra para sus fines. Es el sorteo por excelencia, conocido mundialmente y gracias a las nuevas tecnologías, se ha constituido como el mayor premio otorgado a nivel mundial.

             La Lotería de Navidad normalmente consta de85.000 números y un total de 13.334 premios. Por lo tanto, cada número tiene la probabilidad del 15,69% de que le corresponda algún premio. Si descartamos los reintegros, la probabilidad se reduce a un 5,68%. Y si lo que nos interesa exclusivamente es el "Gordo", la probabilidad de que nos toque si llevamos un décimo es de 0,000011.

             Sin embargo, este año han aumentado a 100.000 los números y también se incrementan los premios a 15.304, por lo que la probabilidad se reduce ligeramente, del 15,69% al 15,3%.

            No obstante, esa probabilidad es mayor que la de otros sorteos. Sin ir más lejos, en la Lotería Primitiva tenemos un total de 13983816 combinaciones distintas, por lo que la probabilidad de obtener una de 6 aciertos es de 0,000000069. Y la probabilidad de acertar el "cuponazo" de la ONCE es una entre 15 millones.

                         

          El Gordo de Navidad, con algunas variaciones en cuanto a fechas y denominación, se viene celebrando desde principios del siglo XIX. Ni siquiera durante la Guerra Civil se interrumpió el premio, ya que en el año 1938 se celebraron dos sorteos paralelos, en Burgos y en Barcelona, ciudades controladas cada una por un bando.

            El primer Gordo de la historia tocó en Cádiz en 1812, el mismo año en que se aprobó la primera Constitución española, la PEPA. El número agraciado fue el 03604 y el premio era de 8000 pesos fuertes, una cantidad nada desdeñable para la época. Otro dato curioso es que en 1837 el Gordo fue doble, ya que ese año se repartieron dos premios que fueron a parar a Jerez de la Frontera (Cádiz) y a Badajoz. 

             Es en Madrid y Barcelona, las ciudades con más habitantes de España, donde más veces se ha repartido el Primer Premio, en concreto 73 veces en Madrid y 38 en Barcelona. Las siguientes provincias más afortunadas han sido Sevilla, Valencia y Zaragoza, que han sido agraciadas 15, 11 y 11 veces respectivamente. Por otro lado, en provincias como Salamanca, Huelva o Melilla nunca se ha ganado el primer premio.

            Independientemente de dónde vivas, la probabilidad de que te toque el premio gordo es la misma, ya que en las localidades con mayor población se venden más números.

            Los jugadores de lotería tienen unas curiosas denominaciones de los números. Así las terminaciones se llaman: el  15 se declama la niña bonita; el 1 es el galán o el pequeño, y el 13, obviamente, la mala pata;  el 11 son  las banderillas, y el 22, los dos patitos o las monjas arrodilladas. El 88   ser, dependiendo del sitio y sin razón aparente, los bombos de Soria o las calabazas, Lo mismo ocurre con el 77, que es normalmente  nombrado las dos banderas, aunque en algunas localidades se convierte  en las banderas italianas.

         Otras veces, el nombre tiene que ver con el significado, siquiera metafórico. Es el caso del 33, que se convierte  en la edad de Cristo; el 90, en el abuelo; el 99, en la agonía y el 0, evidentemente, en la muerte. Hay  también casos en que la relación entre el número y su significado no es, ni mucho menos, tan fácil de asociar: el 48 es inexplicablemente el borrego; el 44, el cuacaraca-cuacara; y el 55, los civiles. Lo que todo el mundo sabe es que, cuando sale el veintiuno, se denomina... ¡uno!

           A la hora de comprar lotería solemos elegir combinaciones que coinciden con fechas señaladas o números que nos traen suerte. Aunque la probabilidad de que aparezca una cifra u otra es la misma, a lo largo de la historia del Sorteo Extraordinario de Navidad algunos números han tenido más estrella que otros.El 5 es la terminación que más veces ha sido premiada, seguida del 4 y del 6. Por otro lado, la cifra final menos repetida es el 1. En cuanto a las terminaciones de dos dígitos, la 85 ha aparecido en siete ocasiones y en tres siglos distintos, seguida muy de cerca del 57, seis veces premiada. Y para los supersticiosos, conviene destacar que el número premiado nunca ha terminado en 13. 
Si nos vamos a las terminaciones de tres cifras, las reinas son la 297, 457 y 515 que han aparecido tres veces. Además, algunos números han resultado premiados en años diferentes, es el caso del 15.640 y el 20.297.

              En los últimos años, se ha incrementado la cantidad de jugadores,. Eso sí, las cantidades que invertimos son menores que hace unos años. La explicación es muy sencilla: en época de crisis la sociedad se alimenta de ilusiones y el juego siempre genera expectativas de éxito.
             Entre 2009 y 2011 se ha podido observar  un incremento del número de personas que juega pero lo hacen arriesgando cantidades más pequeñas. Además, los jugadores cotidianos han disminuido su frecuencia de juego, lo que ha supuesto un descenso de la cantidad global de jugada. "La crisis ha animado a personas que jugaban muy de vez en cuando a jugar pequeñas cantidades impulsados por el deseo o la ilusión de obtener algún premio, grande o pequeño, que pueda solucionar la vida o, al menos, aliviar alguna penuria económica". Es decir, en época de vacas flacas, las ilusiones aumentan ante la expectativa de ganar y salir del pozo.

          La mayoría de los habituales jugadores suele apostar entre 6 y 30 euros al mes y los días laborables apenas se dedican 10 minutos a esta actividad, lo que denota que se trata de una actividad impulsiva. Además, para el 70 por ciento de los internautas jugadores, apostar es un pasatiempo, mientras que para el 30 por ciento restante es un negocio con el que ganar dinero.


                                  

         En definitiva estamos ante un acto social que nos permite mantener la ilusión y que nos hace dedicar a todos el día posterior al sorteo la consabida frase de que: “Salud que tengamos”.