Cada día está más extendida la concepción de que un comunicador se enamora de twitter y considera que si no usa las redes sociales ni se es moderno, ni está al día. Puede que sea así, en principio, pero la facilidad para opinar no es directamente proporcional a la influencia que se consigue.
Lo mismo ocurre con los que se han implicado en el 25S, ya que creen que solo porque su opinión puede hacerse pública sin filtros y de manera instantánea, eso les otorga un poder real sobre el estado de las cosas. Así podemos apreciar que las redes sociales echan humos estos días con la convocatoria de "Rodea el Congreso", Pero el éxito de la cita deja bastante que desear y son siempre los "antisistema" los que aprovechan el tumulto para actuar de manera bestial y, de esta forma, la protesta quera diluida en un enfado contra la actuación del a policía y no se discuten las verdaderas reivindicaciones de los manifestantes.
Pero debemos hacer memoria y evaluar lo que las redes hicieron por el movimiento del 15M. Creo que estas redes que llevaron a lo más alto a esa protesta de los indignados, no han sido capaces de darle forma, de conseguir cuajar aquel sentir popular en un movimiento legitimado para actuar en política. Debemos tener presente, por otro lado que los fascismos y comunismos hicieron de la propaganda su mejor arma de guerra y que hoy, sin distinción de ideología, los poderes fácticos son capaces de merendarse a las redes sociales el un abrir y cerrar de ojos.
En el caso del Congreso el gobierno blinda el centro de representación de los ciudadanos con más de mil policías y calienta el ambiente a través de la red para que este movimiento, tan desorganizado, se descosa por las costuras con explosiones violentas, al no tener un ideario ni líder que canalice sus energías.
Así se expresan hoy las ideas, y no debemos ignorarlo, pero eso no quiere decir que se consigan siempre los objetivos. Una revolución nunca puede triunfar por medio de un mensaje de 140 caracteres.
