No hay nada que
conduzca a tantas confusiones como la acentuación gráfica de algunas palabras del idioma español. A pesar de que
solemos conocer las reglas generales (las esdrújulas se tildan siempre, las
palabras llanas también si no acaban en –n, -s o vocal, por ejemplo), algunos
excepciones y diversos neologismos, así como revisiones gramaticales, pueden
conducirnos a equivocación.
Como
se señala en Las 500 dudas más frecuentes
del español (Espasa)
del Instituto Cervantes, en español la mayor parte de palabras no necesitan
tildes puesto que “se ajustan a la terminación prototípica correspondiente con su
acentuación”. Es en aquellos casos en los que la terminación no
coincide con la prototípica donde se suele utilizar la tilde, y por esa misma
razón, los monosílabos no llevan tilde, salvo en los casos en que es necesaria
una tilde diacrítica para evitar confusiones de significado.
Con
el objetivo de resolver las dudas que suelen surgir a la hora de aplicar estas
reglas, los autores del volumen, Florentino Paredes García, Salvador Álvaro García y Luna Paredes Zurdo realizan una serie de recomendaciones
que aquí recogemos someramente sobre las palabras que solemos tildar, en
muchos, casos, incorrectamente. Y, antes de empezar recuerden: no hay que confundir el acento prosódico con el ortográfico (la tilde), por mucho que en el lenguaje
común suela utilizar “acento” y “tilde” como equivalentes.
Tictacs
En
apariencia, y siguiendo la regla que dice que las palabras agudas acabadas en
–s llevan tilde, algo semejante debería ocurrir con “tictacs” (o con “esnobs” o
“mamuts”). Se trata de una excepción por la cual dichas palabras, si su –s final va antecedida de otra consonante,
no llevan tilde.
Palabras llanas acabadas en –n
En
principio, no debería haber ningún problema a la hora de tildar palabras como
“volumen”, “joven” o “examen”, puesto que son llanas y acaban en –n. La
confusión surge debido a que el plural de dichas
palabras (“jóvenes”,
“exámenes”) sí lleva acento gráfico.
Adverbios acabados en –mente
La
regla para estos adverbios es siempre la misma: solo lo lleva el primer
elemento del compuesto y únicamente en el caso de que el adjetivo a partir del
cual es formado la llevase en origen. Por ello, “tranquilamente”,
“pausadamente” o “especialmente” no llevan tilde, ya que provienen de
“tranquilo”, “pausado” y “especial”, mientras que “rápidamente”, “fácilmente” o
“inútilmente” sí lo hacen, puesto que están originadas a partir de “rápido”, “fácil” o “inútil”.
Fue, dio, vio y fui
Si
nos hemos puesto de acuerdo en que los monosílabos no llevan tilde, ¿por qué se
la ponemos a estas palabras? Como se señala en el volumen, una posible
explicación es que otras palabras que, como ellas, corresponden a la primera o tercera persona del
singular del pretérito perfecto simple de indicativo, sí lo
llevan (“entró”, “cogió”, “salió”).
Guion
A
partir de la revisión de 2010 de la ortografía de la RAE , se suprime la posibilidad de escribir dicha palabra con tilde,
después de que la versión de 1999 dejase a la elección del hablante la
escritura de dicha palabra con el acento gráfico o sin él. “U” e “i” conforman
un diptongo, por lo que “guion” sería una palabra monosílaba y por lo tanto, no
llevará tilde. La duda suele surgir entre aquellas personas que pronuncian
palabras como esta, “pie” o “truhan” como si se tratase de un hiato, en cuyo
caso, aparentemente, llevarían tilde. Sin embargo, la Ortografía de 2010
suprimió dicha doble forma y consideró todas estas palabras como diptongos a
efectos gráficos.
Rociito
Los
diminutivos suelen dar lugar a secuencias de vocales que apenas solemos ver en
castellano. Es lo que ocurre con “Rociito”, donde se juntan dos vocales
cerradas. Al contrario de lo que suele escribirse, no se conserva la tilde de
la palabra original (“Rocío”), por lo que lo correcto sería “Rociito”, no
“Rociíto”.A diferencia que en el caso anterior, forman un hiato, por lo que se
trataría de unapalabra llana acabada en vocal ("Ro-ci-i-to").
Siglas
Aunque
el parecido que puede surgir entre determinadas siglas y el resto de palabras
nos tiente a tildar palabras como “CIA”, no lo debemos hacer nunca, ni siquiera
en el caso de que sean acrónimos, es
decir, siglas cuyas letras no se deletrean. Sin embargo, los acrónimos
lexicalizados, como “Fundéu” o “láser” sí siguen las reglas generales de
acentuación gráfica.
Solo
No
existe otra palabra que haya hecho correr tantos ríos de tinta, haya puesto
final a amistades de décadas o haya generado una división tan brutal entre los
hispanohablantes como “solo”. La terrible realidad es que, en ningún caso, “solo” lleva tilde (o al
menos así se recomienda por la RAE ). En
el pasado reciente, se utilizaba la variante “sólo” como un equivalente del
adverbio “solamente”. El libro califica los casos en los que puede existir
ambigüedad (“estuve solo en el parque”) como “raros y rebuscados” y señala que
se pueden evitar con el empleo de sinónimos, una puntuación adecuada, la
inclusión de elementos que impidan el doble sentido (“estuve en el parque, solo
con mis pensamientos”) o cambiando el orden de las palabras.
No
obstante, tan controvertida fue la recomendación de la RAE que en enero de 2013,
el miembro de la RAE Salvador Gutiérrez reconoció que tanto en este caso como
en el de "este", que veremos más tarde, se trata de consejos que apenas han sido seguidos, a
diferencia de lo que ocurre con otras propuestas normativas.
Aun
Otra
de esas palabras que siempre dan lugar a duda, “aún” ha de llevar tilde cuando
equivale a “todavía” (“¿aún no has terminado de comer?”), mientras que “aun” es átona y monosílaba cuando equivale a “hasta”,
“incluso”, “también” o “(ni) siquiera” (“aun lesionado, jugó bastante bien”).
No se trata de una tilde diacrítica, sino que ambas palabras (“aun” y “aún”) se
pronuncian de forma distinta, lo que puede ayudarnos a establecer la distinción
gráfica.
Este
Si
te gustó la regla de “solo”, te encantará la de “este”. En ningún caso la palabra “este” lleva tilde, ni
siquiera en el caso de que sea utilizada como pronombre. En el pasado, se
utilizaba la tilde diacrítica para distinguir la función de determinativo de
pronombre, pero la RAE
lo suprimió al mismo tiempo que la tilde de “sólo”.
Tilde diacrítica
Existe
un amplio número de monosílabos que llevan tilde para ser diferenciados de otras palabras. Es el ejemplo
de “dé” (del verbo “dar”), que se diferencia así del “de” preposición o nombre
de letra. También ocurre con “él” (pronombre) y “el” (artículo); “más”
(cuantificador y conjunción equivalente a “y”) y “mas” (conjunción
adversativa); “mí” (pronombre personal) y “mi” (posesivo y nombre de nota
musical); “sé” (de los verbos “saber” y “ser”); “sí” (adverbio de afirmación,
pronombre personal y nombre equivalente a “aprobación”) y “si” (conjunción
condicional; conjunción completiva y nombre de nota musical); “té” (nombre de
planta e infusión) y “te” (pronombre personal y nombre de la letra”.