De norte a sur y de este
a oeste, la geografía española está llena de rincones dignos de visitar. Sería
difícil escoger uno cualquiera, pues todos cuentan con peculiaridades que los
hacen únicos, pero sólo algunos tienen extremos que les llevan a cotas inalcanzables.
Estos lugares no sólo son importantes por su situación geográfica, sino que
también lo son por romper con los mitos más antiguos, por ofrecer un paisaje
casi virgen donde la mano del hombre no ha llegado aún, o por contener una
historia que un día les situó en un lugar privilegiado en los mapas.
1. Estaca de Bares, en La Coruña
Sus coordenadas le
delatan como el punto más septentrional de la Península, además de ser la
divisoria entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico. Con una posición estratégica,
el cabo de Estaca de Bares fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional
durante la II República. No obstante, si se concreta más, el punto más al norte
de España está apostado en una meseta llamada Ventueiro, sobre un montículo
cuya prolongación forma el cabo. Y, justo al final, se divisa el Estaquín de
Sigüelos, el último de los islotes que sobresalen del mar.
Por su situación, en
Estaca de Bares también está el faro más septentrional de España y un mirador
en el antiguo semáforo de la Marina, ahora reconvertido en hotel y desde el
cual se pueden ver los restos de una antigua base de control marítimo. Además,
el enclave es uno de los mejores puntos de observación de aves de toda Europa,
siendo zona de paso para varias rutas migratorias de especies marinas y
terrestres procedentes del Atlántico, el Mediterráneo y el Ártico.
2. Punta de Tarifa, en la provincia de
Cadiz
La Punta de Tarifa,
conocida también como Punta Marroquí, es un cabo situado en el extremo suroeste
de la isla de las Palomas o isla de Tarifa y constituye el punto más meridional
de la Península Ibérica y también de la Europa continental. Además, es la
divisoria geográfica entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo,
situándose justo frente al casco urbano de Tarifa. Sobre la punta se alza la
cota más alta de la isla, y allí está construido el faro.
3. Punta Restinga, en la isla de El Hierro
A escala nacional, el
punto localizado más al sur es Punta Restinga, ubicada frente al muelle
pesquero de la población que le da nombre, en el extremo sur de la isla de El
Hierro. De origen volcánico, su relieve es variadísimo, por lo que se pueden
encontrar acantilados, veriles, plataformas arenosas o cuevas en profundidades
de más de 300 metros lo que, a su vez, convierte a este lugar en uno de los
mejores para la práctica de submarinismo. Por otro lado, se pueden encontrar
meros de gran tamaño, chuchos o peces trompeta, toda una variedad que hace que
desde 1996 sea Reserva Marina de Interés Pesquero.
4. Cabo Touriñán, el más occidental de España
De vuelta a Galicia,
aquí se ubica el lugar más occidental de la España peninsular. Curiosamente, no
es Finisterre, como creían los romanos, que situaron en este punto el fin del
mundo, aquel donde los barcos desaparecían en el horizonte. Se trata del Cabo
Touriñán, un accidente geográfico inhóspito en un lugar de clima extremo y de
grandes temporales, que le han convertido a lo largo de los años en testigo
involuntario de incontables y trágicos naufragios en la Costa da Morte. De
hecho, sólo en verano, coincidiendo con la marea baja, se puede contemplar la
labor de los percebeiros, que arriesgan sus vidas en busca del preciado
marisco.
Dentro del mismo, está
la isla conocida como isla Herboso, do Castillo o A Insúa, donde existen
diversos vestigios arqueológicos. Los visitantes también podrán encontrar un
faro de 11 metros de altura que se construyó en 1981 para sustituir a otro más
antiguo, creado en 1898 y del que todavía se mantienen en pie sus
instalaciones.
5. Punta de la Orchilla, antiguo meridiano cero
5. Punta de la Orchilla, antiguo meridiano cero
Si se atiende a todo el
territorio nacional, el punto español más al oeste es el que, hasta el siglo
XIX fue considerado como el meridiano cero, Punta de la Orchilla, localizada en
la isla de El Hierro. Antes del descubrimiento de América y cuando aún se
pensaba que la tierra era plana, se consideraba que la isla canaria era la más
occidental del mundo. De esta manera, en el siglo II, Claudio Ptolomeo lo tomó
como referencia para convertirlo en meridiano cero, y así se mantuvo, hasta que
en 1884 se trasladó al meridiano de Greenwich.
Actualmente, un faro se
alza sobre la línea imaginaria que un día ubicó a la isla canaria en el extremo
más occidental de todo el planeta.
6. Isla Masa de Oro, en el Cabo de Creus
El primer rayo de sol
que llega a la Península Ibérica entra por la isla de Masa de Oro, por lo que
constituye el punto más oriental peninsular.
Los pescadores la llaman
así porque al amanecer reluce como un chorro de aceite y la pesca que hay en
sus aguas es abundante. Está protegida dentro del Parque Natural del Cabo de
Creus, el primero marítimo-terrestre de toda España.
7. Cabo del Esperó, en la isla de Menorca
En el conjunto de
España, la brújula indica que el extremo este se sitúa en la Fortaleza de la
Mola (Cabo del Esperó), en la entrada del puerto de Mahón, en Menorca. Este
emplazamiento fue construido en el siglo XIX, frente al Castillo de San Felipe,
para defender el puerto frente a los ataques británicos y franceses.
En cuanto a la
localización del centro peninsular existen muchas más disputas. Geográfica e
históricamente se ha atribuido al Cerro de los Ángeles, situado en el municipio
madrileño de Getafe. Su origen se remonta al tiempo de los musulmanes, quienes
lo consideraron centro geométrico. Durante siglos, este lugar ha sido muy
importante para los diferentes reinados y gobiernos que ha habido en el país.
Así, Alfonso VI erigió en su cúspide una ermita y, en el siglo XX, Alfonso XIII
inauguró la estatua del Sagrado Corazón. Además, por su posición estratégica
fue un lugar muy disputado por el bando republicano y por el nacional durante
la Guerra Civil española. En 1965, Franco inauguró el monumento que actualmente
se alza sobre el cerro.
Pero no todos están de
acuerdo. El municipio de Pinto, en la Comunidad de Madrid, también se atribuye
esta referencia. Su topónimo procede de punctum (punto), debido a que el lugar
era el espacio central de la Península para los árabes también. Hasta los años
60, en el lugar considerado como el centro había una gran piedra circular con
un aspa en el medio, conocida como La Exacta. Esta hacía referencia a una
leyenda que asegura que debajo de ella estaba enterrada un arca en la que los
fundadores de la ciudad guardaron los instrumentos con los que calcularon el
centro peninsular.