lunes, 10 de febrero de 2014

SAN VALENTÍN, UNA CELEBRACIÓN HISTÓRICA. TERUEL.-

El día de san Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros países a lo largo del siglo XX principalmente en la que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de san Valentín. En algunos países se conoce como día de los enamorados y en otros como día del amor y la amistad.
En Angloamérica hacia 1840, Esther A. Howland comenzó a vender las primeras tarjetas postales masivas de san Valentín, conocidas como «valentines», con símbolos como la forma del corazón o de Cupido.
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
Muchos piensan que San Valentín se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del Imperio Romano.
San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.
Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.
El Día de San Valentín es típicamente occidental, pues se remonta a la Europa germánica (incluido al actual Reino Unido) desde donde pasaría a los Estados Unidos y allí a gran parte del mundo, pero actualmente se ha extendido a otros países, como ChinaJapón y Taiwán.
En España esta fiesta se empezó a celebrar a mediados del siglo XX, con el motivo de incentivar la compra de regalos. A menudo se dice que esta fiesta la introdujo la cadena de grandes almacenes Galerías Preciados. Se celebra el 14 de febrero.


Celebrar San Valentín en Teruel, la ciudad del amor.-
Una buena forma de celebrar San Valentín es hacer un escapada romántica a Teruel, allí se  recuerda la leyenda de sus amantes durante el fin de semana más cercano a San Valentín con las Bodas de Isabel de Segura, una cuidada recreación histórica que se complementa con mercados medievales, espectáculos de animación en la calle, danzas, torneos, conciertos, un toro nupcial y hasta una multitudinaria invitación al beso bajo un estruendo de tambores en homenaje a los célebres amantes, a modo de clausura.

Fue un beso precisamente lo que desencadenó el trágico final de los enamorados. Los dos jóvenes crecieron juntos. Vivían en la misma calle, hoy calle de los Amantes. Isabel, en lo que se conoce como el Edificio de los Sindicatos. Diego, varias casas más allá. Se enamoraron, pero el padre de la chica, el rico comerciante don Pedro de Segura, se opuso a la relación. Los Marcilla eran de noble linaje, pero no ricos. Un Marcilla fue capitán de las tropas que arrebataron Teruel, el antiguo Tirwal, a los musulmanes en 1171.
 El padre de Diego había llegado a ser juez de la ciudad, pero una plaga de langosta mermó su fortuna. Segura esperaba un partido mejor. Diego prometió volver rico en cinco años y la primavera de 1212 se marchó con los almogávares de Pedro II. El joven logró regresar a unas horas de agotar el plazo, pero una Isabel desesperanzada y obediente acababa de casarse con el acaudalado Pedro de Azagra. Diego le pidió entonces un beso de despedida, pero Isabel se lo negó. Estaba casada. El enamorado cayó muerto allí mismo, de pena.

El beso negado

El anuncio de la muerte de Diego y de la boda de Isabel con Pedro de Azagra abre la fiesta el jueves a las nueve de la noche. Los 36.000 habitantes habituales de Teruel, una de las capitales de provincia más pequeñas, se convierten en 80.000. La plaza de la catedral acoge la emotiva escena final del domingo. Isabel acude al funeral de Diego para darle el beso que le negó. Al tocar sus labios, cae también muerta sobre su enamorado.

Sus cuerpos fueron enterrados juntos en una capilla de la iglesia de San Pedro, donde según la leyenda ocurrió la escena original. Las momias fueron expuestas de manera triste, perdidas y encontradas, hasta que en los años 50 el escultor Juan de Ávalos, conmovido, regaló a la ciudad dos bellísimas coberturas de alabastro rematadas por las figuras de los amantes. Estos acercan sus manos sin apenas rozarse, simbolizando el amor imposible.


La imagen, uno de los símbolos de Teruel, puede verse desde el 2005, en un nuevo Mausoleo  anexo a la iglesia. La Fundación Amantes de Teruel ofrece visitas guiadas (de 2 a 7 euros) que combinan los dos edificios con la torre mudéjar de San Pedro.

El conjunto mudéjar de Teruel fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 y su casco histórico conserva el trazado medieval original. Es el escenario perfecto para la representación de la leyenda, pero nadie lo pensó hasta que lo hizo Raquel Esteban, gerente de la Fundación Bodas de Isabel, entidad de cuatro personas que organiza la fiesta. Participaron 30 personas. 

Hoy son unas 15.000 las personas que colaboran en la ambientación. Los aproximadamente 120 actores con texto siguen interpretando la función sin ánimo de lucro, pero las pruebas de selección son un acontecimiento con eco en la prensa, y la preparación es concienzuda. Muchos turolenses asisten a los talleres gratuitos de danza medieval o se instalan durante los cuatro días en las jaimas para asumir el papel de miembros de una familia, de un grupo militar o de un gremio, de poetisas o de ocupantes de las casicas del burdel. También hay visitantes que alquilan trajes para la ocasión y amantes de la historia que preparan sus apariciones con un rigor que alcanza hasta la ropa interior.
Un concurso con un premio de 1.200 euros sirve para escoger el guión,  el cartel y el vestuario de cada edición, como si de una película se tratara. También hay grupos profesionales de prestigio y nombres conocidos. 

Encontrar alojamiento en la ciudad estos días es difícil, aunque dispone de casi una decena de hoteles de tres estrellas. Entre ellos, un parador ubicado en un palacete de inspiración mudéjar y un hotel con encanto de ocho habitaciones con detalles medievales. El Mudayyán está situado en pleno centro histórico y en su subsuelo se puede visitar una galería medieval que conecta con la iglesia del Salvador y con su torre mudéjar. También es peculiar su tetería, con utillaje y mobiliario marroquís.


martes, 4 de febrero de 2014

VÍDEO: TERUEL, LA CIUDAD QUE SÍ EXISTE.-









miércoles, 22 de enero de 2014

...Y llega el momento en que el niñ@ pide su propio 'smartphone' o la ignorancia digital de los padres.

                      
Los padres sabemos el poder de persuasión y la capacidad de insistir de nuestros hijos. Bajo este influjo y a la vista de unas buenas notas en el colegio, o ante un buen comportamiento,accedemos a comprar un aparato a nuestros hijos dotado de  Internet, mensajería y capacidad para hacer fotografías. Tres bombas de relojería para una familia, ahora todas juntas en un dispositivo. Hasta la fecha, los niños, de casi nueve años, sólo habían  jugado, ocasionalmente, con los tablets durante ratos cortos y bajo nuestra atenta mirada. Ahora ya tienen en su poder un aparato de su propiedad para, según ellos, buscar cosas en Internet, utilizar el diccionario de inglés y poder escribir mensajes a sus padres y a sus amigos.
Pasado un tiempo desde la compra, debemos eliminar algunos prejuicios, así como reforzar la importancia de la confianza y el control a partes iguales. Creo sinceramente que las primeras preocupaciones,(volverse tecnoadictos), o que sustituyan actividades propias de su edad o que se aislen por preferir utilizar el dispositivo, las debemos eliminar con una breve pero firme conversación acerca de usos, reglas y peligros.
                                   

Ignorancia digital

A veces el problema no está en ellos, sino en nuestra ignorancia digital, y en aceptar, a veces, que por primera vez en nuestra vida, nos enfrentamos a una situación en que nuestra limitación o incluso incompetencia tecnológica nos pone en desventaja frente a ellos, que forman parte de este mundo digital al que nosotros tanto esfuerzo nos cuesta, a menudo, entrar. Cuanto antes afrontemos la realidad, conozcamos, compartamos y gestionemos los riesgos con ellos y, finalmente, definamos pautas similares a las reglas de convivencia familiar, con mayor naturalidad entraremos, juntos, en el mundo de Internet y las redes sociales.    
                       
Es muy importante que seamos ejemplo, pues la inspiración natural de nuestros hijos es lo que nosotros hacemos, copiando el modelo que tienen delante. Hay que evitar atender llamadas o mensajes que cortan en seco una conversación familiar, el juego o el estudio; decantarse por situar el equipo en una zona común y de acceso a todos; optar mejor por un equipo fijo que uno portátil que puede ser llevado a otro cuarto; fijar horarios de uso tanto para fines didácticos o de estudio como para ocio, y tiempo máximo de utilización; tender hacia una navegación conjunta; y compartir passwords y usuarios. Asimismo es importante llevar a cabo un repaso al histórico de acciones realizadas en el ordenador. Y todo ello, complementado con los sistemas de control parentales que permiten monitorizar que las reglas que hemos definido se cumplen, así como otras herramientas necesarias de apoyo (antivirus, cortafuegos o copias de seguridad).
                      
Utilizado con criterio y algo de disciplina, Internet es un elemento de apoyo formidable sobre el que hay que observar algunas reglas y tener ciertas precauciones. Un buen uso de las tecnologías, en general, y de Internet y las redes sociales, en particular, permitirá a nuestros hijos estimular su creatividad y autoestima, mejorar sus habilidades sociales y de comunicación y ayudar en el desarrollo de su personalidad. Y para más información, utilice Internet, claro.
                    

viernes, 10 de enero de 2014

LA PLAZA DEL TORICO DE TERUEL, TODO UN SÍMBOLO. FOTOS.-

                                

Los turolenses miramos  con orgullo la figura del Torico durante meses, deseando que lleguen los tres días más intensos del año en la ciudad: la Vaquilla. Durante el segundo fin de semana de julio esta escultura se viste de rojo y se convierte en el emblema de la capital. No obstante, ocupar ese honor le ha costado unos cuantos siglos de historia, en cuyo origen se encuentra la propia fundación de Teruel.
Desde el año 1858, el Torico se sitúa de pie en una plaza que lleva su nombre y a la que también se conoce como plaza de Carlos Castel. Se eleva sobre una columna de piedra labrada y anillada descansando sobre un vaso circular que acoge el agua que sale de 4 caños o cabezas de toro. Esta fuente se ubicaba ya en el siglo XVI enclavada frente a la medieval calle de la Cárcel, hoy de Muñoz Degraín, y emplazada junto a la calle el Tozal, para distribuir el agua llegada desde la Peña el Macho sobre el Acueducto de Pierres Vedel. La fuente se trasladó porque los carruajes no podían atravesar esta zona y se llevó hasta el lugar donde hoy se encuentra. Pero el sentido que tiene esta figura taurina para Teruel nos lleva hasta el origen medieval de la ciudad en el siglo XII con la leyenda que lo explica. Durante la Reconquista llevada a cabo bajo el mandato del rey Alfonso II, cuando los adalides iban buscando un lugar para levantar un asentamiento, soltaron un toro que se detuvo justo debajo de una estrella. En este punto fue donde comenzó a levantarse la actual ciudad a la que se llamó Toruel. Por este relato antiguo y la literatura romántica de inicios del siglo XX, intentar imponer la teoría de Teruel: T-O-R (por Toro) y por la Estrella (vulgarmente conocida como Actuel) Así T-O-R- y U-E-L, forman el topónimo Toruel.
El Torico, en detalle


En el año 2003 se sometió a esta estatua a una limpieza y en 2006 se realizaron varias medidas al Torico. José Luis Ríos, junto a otros miembros de la brigada municipal de Obras del Ayuntamiento, por encargo del propio cronista y con el visto bueno de la alcaldesa de Teruel.
De este trabajo se extrajeron como conclusiones que el Torico se acomoda en una base de estructura rectangular, en piedra-mármol, de 35 centímetros de largo, por 20 centímetros de ancho. El Torico, desde la cola a su boca, mide 45 centímetros; su anchura es de 2 centímetros. La altura de la base hasta los pitones, alcanza los 37 centímetros, mientras que hasta el morrillo del animal hay 28 centímetros.
Esta escultura turolense, de bronce macizo fundido, tiene un peso de 54,5 kilos, comprobado en las distintas ocasiones que ha sido bajado de su pedestal: en la década del sesenta del siglo XX, cuando se cambió de orientación. En ese momento, pasó a encararse al Tozal, en lugar de a la calle Nueva, tal como había sido colocada tras la Guerra Civil. En el año 1938 la familia de los Gómez Cordobés, lo quitó de su sitio y lo guardó en un lugar seguro para defenderlo de los bombardeos y ametrallamientos bélicos. Resulta curioso que fueran los propios ciudadanos quienes se tomaron la libertad de robar temporalmente esta figura para guarecerla de la crueldad del conflicto. Muñoz ha indicado que esta comprobación también se pudo efectuar en su recuperación y limpieza, llevada a cabo el año 2003 por el Museo deTeruel.
                              
La Plaza
El lugar en el que hoy puede verse al Torico, la plaza de Carlos Castel o del Torico, ha sido y sigue siendo un punto estratégico y neurálgico de la ciudad de Teruel. Desde aquí comienzan todas las visitas turísticas. De hecho, es un lugar de reunión, de manifestación, de celebración y de paso. Incluso ha sido un espacio que ha dado pie a grandes polémicas, especialmente, después de su remodelación, finalizada en 2007 y que la ha dotado de una iluminación que parte desde el suelo y de una imagen innovadora y algo diferente al resto del entorno.
Tal y como ha señalado el cronista de la ciudad, esta plaza, “fue la primera en empedrarse en la ciudad y ya contaba con esta pavimentación en la Edad Media”. También ha recordado que “debajo de ella transcurría el agua y se situaban los aljibes que hoy pueden visitarse y que son un atractivo turístico más de la ciudad”.
                                                   
.

Un valor incalculable
El Torico es, además, el propio símbolo entorno al que gira la fiesta vaquillera, cuya celebración se fija en este animal a través de las corridas de toros, los ensogados, los embolados, las sueltas de vaquillas y la imposición del Pañuelico a la propia estatua. Éste es un acto joven, iniciado a principios de los 80, pero que es el que más gente congrega, el que más expectación genera y que más intensamente viven los turolenses y, sobre todo, la peña a la que cada año le toca subir a lo más alto de esta columna.
Su valoración crematística se realizó en el año 2001 por Ana Agreda Pino y David Almazán Tomás, ambos profesores de la Facultad, entonces, de Humanidades del Campus de Teruel, por encargo de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento. Tuvieron la misión de inventariar, estudiar y valorar los Bienes Muebles de carácter artístico de propiedad municipal. A esta escultura le asignaron un valor de 50.000 euros. Una cantidad que, todavía se mantiene según la ficha patrimonial del Ayuntamiento.
El propio cronista oficial de la ciudad ha adelantado que el Consistorio “va a realizar una réplica de esta figura para conservarla y que sirva como repuesto en caso de que alguien robe o dañe gravemente la original”.
Esta figura posee un valor sentimental y emocional que los propios turolenses han calificado como “incalculable”, puesto que, según ha dicho una joven de 22 años que siempre ha vivido en Teruel, “sin Torico, Teruel no sería lo que es, ni tampoco sería igual, la fiesta de la Vaquilla”.

Un señor de 43 años,  turolense y peñista, ha recordado como una vez en plenas fiestas de la Vaquilla, “un grupo de jóvenes que venían de fuera estaban riéndose del Torico, intentaron subir a lo más alto de la columna para quitarle el pañuelico, la muchedumbre se les echó encima y les pegaron una paliza que tuvieron que irse corriendo”.
                                    
Otra joven ha insistido en el valor sentimental del Torico diciendo que “en esta plaza se celebra todo lo que sucede en Teruel, cuando España ganó la copa de Europa o cuando el CAI Voleibol Teruel se llevó la Superliga, todos vinimos aquí a celebrarlo”. Esta figura ha llevado las bufandas de todos los equipos y no entiende, ni de colores, ni de ideologías, ni de creencias. “Simplemente es un lugar donde todo y todos tenemos cabida, donde los turolenses la respetan y es todo un símbolo de la ciudad y del espíritu de quienes vivimos en ella”, ha reiterado.



                                         

Para todos los turolenses y los que se sienten como tales, “el Torico es el emblema de la ciudad dentro y fuera de ella”. Además, ha recordado, “en lugares como la Comunidad Valenciana denominan a nuestra Vaquilla del Ángel como la Fiesta del Torico”.
Así es el Torico, igual que la ciudad de Teruel y que sus habitantes, pequeño, entrañable, lleno de historias que contar, amigo de todos, observador, distante, cercano y con un gran corazón que, en su caso, es de metal, pero que en caso de los turolenses, late con fuerza y mucho más, durante estos días de la Vaquilla. Un momento en que la vida de la capital se detiene y da paso a tres intensas jornadas de convivencia, diversión y donde absolutamente todo tiene cabida. Eso sí, siempre, alrededor del emblemático Torico. Si esta figura hablara, cuántas historias contaría…