Una preciosa versión de la historia de los Amantes de Teruel.
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viernes, 23 de diciembre de 2022
jueves, 22 de enero de 2015
Historía de " El toro de Osborne, el toro de España"
Osborne, es el nombre de una de las bodegas familiares más importantes de España y su símbolo, EL TORO, un elemento decorativo que nos acompaña a los españoles a lo largo de nuestros viajes por carretera y ferrocarril desde 1957, llegando a tener repartidos cerca de 500 toros por toda la península.
Los primeros toros fueron de madera, pero su poca resistencia a la dureza meteorológica hizo que se cambiaran por vallas de metal de 4.000 kilos, con una altura de 14 metros y una superficie de 150 m2. Actualmente solo quedan 90 toros, pero con el paso del tiempo se ha convertido en algo más que una valla publicitaria, ya que, es considerado por el pueblo español un elemento gráfico identificador de España, hasta el punto de aparecer en ocasiones sobreimpreso en la bandera española a modo de escudo en acontecimientos deportivos e incluso en misiones internacionales de soldados españoles.
Osborne es el nombre de una de las bodegas familiares más importantes y longevas. Su fundación en 1772 la convierte en una de las 100 empresas en activo más antiguas del mundo y la segunda de España. Su historia se remonta a finales del siglo XVIII, cuando un comerciante inglés: Thomas Osborne Mann, procedente de Exeter, Devon, llegó a Cádiz para exportar el vino de Jerez. Es en esta localidad donde el joven Thomas Osborne funda una bodega propia, que después de más de 240 años, no solo sigue existiendo, sino que se ha convertido en un gran grupo empresarial de capital 100% español y que continúa siendo una empresa familiar. La empresa Osborne logró desde su fundación gran expansión gracias al brandy, siendo sus marcas estrella Veterano y Magno.
Manolo
Prieto fue un gran dibujante y pintor, también nacido en El Puerto de
Santamaría, Cádiz. Fue especialista en crear portadas de libros, carteles y
campañas de publicidad. Su obra más conocida fue la silueta del Toro de
Osborne, algo realmente injusto ya que hizo grandes trabajos e incluso fue
premiado internacionalmente por ellos.
El toro que
se ha convertido en patrimonio cultural y artístico de los pueblos de España
incluso dictaminado por sentencia judicial. En 1988, la Ley General de
Carreteras ordenaba la eliminación de cualquier elemento publicitario "fuera
de los tramos urbanos de las carreteras estatales" (a menos de 150
metros de la carretera) y Osborne opta entonces por eliminar la
rotulación publicitaria Osborne-Sherry & Brandy para sortear la
ley y mantener la silueta negra del toro.
En 1994, una nueva publicación del Reglamento General de
Carreteras vuelve a atentar contra el toro, pero la unión de Ayuntamientos y
Comunidades Autónomas por su permanencia desemboca en la campaña "Salvemos
al toro" que promueve que sea convertido en Bien Cultural.
Finalmente, en
1997, el Tribunal Supremo declara que la silueta de Osborne va
más allá de lo meramente comercial "superando su sentido publicitario
e integrándose en el paisaje". Quedando zanjada así la polémica.
Con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo en algo más
que una valla. Es un elemento muy gráfico e identificador de España como
animal ibérico, bravo, de raza, masculino, fuerte…
Ha recibido innumerables reconocimientos y
ha sido el foco de numerosas actividades culturales y artísticas.
En 1983 fue decorado por el artista norteamericano Keith
Haring; en 1996 fue protagonista de la exposición fotográfica de Larry
Mangino; fue el anfitrión de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO; en 2000
recibió el premio LAUS; en 2003 los socios del Fomento de las Artes
Decorativas lo escogieron como el diseño más representativo del siglo XX;
y en 2007 fue decorado por 50 personalidades internacionales con motivo de su
50 aniversario. Además, es pieza esencial de todas las retrospectivas dedicadas
al diseño gráfico español.
El Grupo Osborne tuvo que hacer frente a un gran
dilema en el año 2009. El toro ya no era sólo el soporte de la marca Veterano,
también lo era de otros productos como Solán de cabras, Sánchez Romero
Carvajal, Anís del mono, Montecillo, Magno… Y se plantearon eliminar el toro
para beneficiar al resto de productos. En palabras del consejero
delegado, Ignacio Osborne "Había gente que no sabía que también
teníamos jamón". Es en este punto donde entra en juego la consultora de
branding Morillas, quien integra al toro dentro del logotipo Osborne de
forma muy elegante
Explicaba el Presidente Morillas, Lluis Morillas "Es
una alegoría, como si el toro mirara al futuro a través de una ventana".
El ejercicio resultante es un diseño en torno a una tipografía más moderna, que
mantiene el color negro característico del toro e incorpora un nuevo color
dorado, que es la seña de identidad de la compañía, sinónimo de calidad y
excelencia.
La fuerza de este símbolo ha superado con creces a la propia
marca, motivo que ha sabido rentabilizar Osborne, que desde 2009, gestiona
una nueva línea de negocio mediante la explotación comercial de la
marca de El Toro de Osborne.
De este modo, Osborne cede el uso de su marca más
conocida, mediante contratos de licencia, a empresas que fabrican los productos
del Toro de Osborne y los distribuyen. Parece que esto no les fue
mal, ya que en 2011 crearon una nueva línea de tiendas oficiales en
régimen de franquicia para vender sus productos oficiales. Increíble, después
de tantos años y la marca se convierte en sí misma en una vía de negocio
independiente.
Más allá de su belleza u otras connotaciones, creo que éste
es uno de los mejores ejemplos que tenemos en España de hasta dónde puede
llegar una marca. Realmente es un símbolo que conecta con la gente y es
reconocible desde hace más de 50 años y lo hace de forma natural, sin forzar
nada y sin artificios... términos de los que creo debería nutrirse la marca
España.
martes, 2 de diciembre de 2014
EL CASTILLO DE VISIEDO. FOTOS E HISTORIA.-
Pedro
I el Cruel de Castilla, tras tomar La
Buenya (Bueña), siguió por el camino medieval que llevaba a
Teruel atravesando el Campo de Visiedo y bajando por Alfambra hasta la Ciudad de los Amantes. Dice
Cristóbal Guitart Aparicio que como consecuencia de esta guerra debió
fortificarse la cabeza de la
Sesma del mismo nombre y por ello Visiedo posee un castillo,
hoy bastante arruinado.
"Visiedo fue cabeza de una Sesma de la Comunidad de Teruel, el
Campo de Visiedo, y como consecuencia del saqueo sufrido durante la guerra de
los dos Pedros en 1363, debió construirse el castillo. Por falta de alturas
naturales, adoptó la planta típica de las zonas llanas, cual es la
cuadrilátera, de unos 35
metros de lado, reforzado por una torre en cada esquina
-lo cual le da cierto aire de mansión feudal-, de las cuales una yace medio
derruida, dos desmochadas y sólo una subsiste casi intacta, de mejor piedra,
con cuatro hileras de saeteras y con la particularidad de que sus lados están
girados unos 45º respecto a los del recinto.
Este castillo-refugio puede ser de
la segunda mitad del siglo XIV y es uno de los más representativos de este tipo
que caracterizó a una época sobradamente agitada! (Cristóbal Guitart)
martes, 10 de junio de 2014
EL CUENTICORTO.-
Había una vez un cuento cortito, de aspecto
chiquito, letras pequeñitas y pocas palabritas. Era
tan poca cosa que apenas nadie reparaba en él,
sintiéndose triste y olvidado. Llegó incluso a envidiar a los cuentos mayores,
esos que siempre que había una oportunidad eran elegidos primero.
Pero un día, un viejo y perezoso periodista encontró un huequito entre sus escritos, y buscando cómo llenarlo sólo encontró aquel cuentito. A regañadientes, lo incluyó entre sus palabras, y al día siguiente el cuentito se leyó en mil lugares. Era tan cortito, que siempre había tiempo para contarlo, y en sólo unos pocos días, el mundo entero conocía su historia.
Pero un día, un viejo y perezoso periodista encontró un huequito entre sus escritos, y buscando cómo llenarlo sólo encontró aquel cuentito. A regañadientes, lo incluyó entre sus palabras, y al día siguiente el cuentito se leyó en mil lugares. Era tan cortito, que siempre había tiempo para contarlo, y en sólo unos pocos días, el mundo entero conocía su historia.
Una sencilla historia que hablaba de que
da igual
ser grande o pequeño, gordo o
flaco, rápido o lento, porque precisamente
de
aquello que nos hace especiales surgirá
nuestra gran oportunidad.
VILLALBA
BAJA.-
viernes, 10 de enero de 2014
LA PLAZA DEL TORICO DE TERUEL, TODO UN SÍMBOLO. FOTOS.-
Los turolenses miramos con orgullo la figura del Torico durante meses, deseando que lleguen los tres días más intensos del año en la ciudad: la Vaquilla. Durante el segundo fin de semana de julio esta escultura se viste de rojo y se convierte en el emblema de la capital. No obstante, ocupar ese honor le ha costado unos cuantos siglos de historia, en cuyo origen se encuentra la propia fundación de Teruel.
Desde el año 1858, el Torico se sitúa de pie en una plaza que lleva su nombre y a la que también se conoce como plaza de Carlos Castel. Se eleva sobre una columna de piedra labrada y anillada descansando sobre un vaso circular que acoge el agua que sale de 4 caños o cabezas de toro. Esta fuente se ubicaba ya en el siglo XVI enclavada frente a la medieval calle de la Cárcel, hoy de Muñoz Degraín, y emplazada junto a la calle el Tozal, para distribuir el agua llegada desde la Peña el Macho sobre el Acueducto de Pierres Vedel. La fuente se trasladó porque los carruajes no podían atravesar esta zona y se llevó hasta el lugar donde hoy se encuentra. Pero el sentido que tiene esta figura taurina para Teruel nos lleva hasta el origen medieval de la ciudad en el siglo XII con la leyenda que lo explica. Durante la Reconquista llevada a cabo bajo el mandato del rey Alfonso II, cuando los adalides iban buscando un lugar para levantar un asentamiento, soltaron un toro que se detuvo justo debajo de una estrella. En este punto fue donde comenzó a levantarse la actual ciudad a la que se llamó Toruel. Por este relato antiguo y la literatura romántica de inicios del siglo XX, intentar imponer la teoría de Teruel: T-O-R (por Toro) y por la Estrella (vulgarmente conocida como Actuel) Así T-O-R- y U-E-L, forman el topónimo Toruel.
El Torico, en detalle
En el año 2003 se sometió a esta estatua a una limpieza y en 2006 se realizaron varias medidas al Torico. José Luis Ríos, junto a otros miembros de la brigada municipal de Obras del Ayuntamiento, por encargo del propio cronista y con el visto bueno de la alcaldesa de Teruel.
De este trabajo se extrajeron como conclusiones que el Torico se acomoda en una base de estructura rectangular, en piedra-mármol, de 35 centímetros de largo, por 20 centímetros de ancho. El Torico, desde la cola a su boca, mide 45 centímetros; su anchura es de 2 centímetros. La altura de la base hasta los pitones, alcanza los 37 centímetros, mientras que hasta el morrillo del animal hay 28 centímetros.
Esta escultura turolense, de bronce macizo fundido, tiene un peso de 54,5 kilos, comprobado en las distintas ocasiones que ha sido bajado de su pedestal: en la década del sesenta del siglo XX, cuando se cambió de orientación. En ese momento, pasó a encararse al Tozal, en lugar de a la calle Nueva, tal como había sido colocada tras la Guerra Civil. En el año 1938 la familia de los Gómez Cordobés, lo quitó de su sitio y lo guardó en un lugar seguro para defenderlo de los bombardeos y ametrallamientos bélicos. Resulta curioso que fueran los propios ciudadanos quienes se tomaron la libertad de robar temporalmente esta figura para guarecerla de la crueldad del conflicto. Muñoz ha indicado que esta comprobación también se pudo efectuar en su recuperación y limpieza, llevada a cabo el año 2003 por el Museo deTeruel.
La Plaza
El lugar en el que hoy puede verse al Torico, la plaza de Carlos Castel o del Torico, ha sido y sigue siendo un punto estratégico y neurálgico de la ciudad de Teruel. Desde aquí comienzan todas las visitas turísticas. De hecho, es un lugar de reunión, de manifestación, de celebración y de paso. Incluso ha sido un espacio que ha dado pie a grandes polémicas, especialmente, después de su remodelación, finalizada en 2007 y que la ha dotado de una iluminación que parte desde el suelo y de una imagen innovadora y algo diferente al resto del entorno.
Tal y como ha señalado el cronista de la ciudad, esta plaza, “fue la primera en empedrarse en la ciudad y ya contaba con esta pavimentación en la Edad Media”. También ha recordado que “debajo de ella transcurría el agua y se situaban los aljibes que hoy pueden visitarse y que son un atractivo turístico más de la ciudad”.
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Un valor incalculable
El Torico es, además, el propio símbolo entorno al que gira la fiesta vaquillera, cuya celebración se fija en este animal a través de las corridas de toros, los ensogados, los embolados, las sueltas de vaquillas y la imposición del Pañuelico a la propia estatua. Éste es un acto joven, iniciado a principios de los 80, pero que es el que más gente congrega, el que más expectación genera y que más intensamente viven los turolenses y, sobre todo, la peña a la que cada año le toca subir a lo más alto de esta columna.
Su valoración crematística se realizó en el año 2001 por Ana Agreda Pino y David Almazán Tomás, ambos profesores de la Facultad, entonces, de Humanidades del Campus de Teruel, por encargo de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento. Tuvieron la misión de inventariar, estudiar y valorar los Bienes Muebles de carácter artístico de propiedad municipal. A esta escultura le asignaron un valor de 50.000 euros. Una cantidad que, todavía se mantiene según la ficha patrimonial del Ayuntamiento.
El propio cronista oficial de la ciudad ha adelantado que el Consistorio “va a realizar una réplica de esta figura para conservarla y que sirva como repuesto en caso de que alguien robe o dañe gravemente la original”.
Esta figura posee un valor sentimental y emocional que los propios turolenses han calificado como “incalculable”, puesto que, según ha dicho una joven de 22 años que siempre ha vivido en Teruel, “sin Torico, Teruel no sería lo que es, ni tampoco sería igual, la fiesta de la Vaquilla”.
Un señor de 43 años, turolense y peñista, ha recordado como una vez en plenas fiestas de la Vaquilla, “un grupo de jóvenes que venían de fuera estaban riéndose del Torico, intentaron subir a lo más alto de la columna para quitarle el pañuelico, la muchedumbre se les echó encima y les pegaron una paliza que tuvieron que irse corriendo”.
Otra joven ha insistido en el valor sentimental del Torico diciendo que “en esta plaza se celebra todo lo que sucede en Teruel, cuando España ganó la copa de Europa o cuando el CAI Voleibol Teruel se llevó la Superliga, todos vinimos aquí a celebrarlo”. Esta figura ha llevado las bufandas de todos los equipos y no entiende, ni de colores, ni de ideologías, ni de creencias. “Simplemente es un lugar donde todo y todos tenemos cabida, donde los turolenses la respetan y es todo un símbolo de la ciudad y del espíritu de quienes vivimos en ella”, ha reiterado.
Para todos los turolenses y los que se sienten como tales, “el Torico es el emblema de la ciudad dentro y fuera de ella”. Además, ha recordado, “en lugares como la Comunidad Valenciana denominan a nuestra Vaquilla del Ángel como la Fiesta del Torico”.
Así es el Torico, igual que la ciudad de Teruel y que sus habitantes, pequeño, entrañable, lleno de historias que contar, amigo de todos, observador, distante, cercano y con un gran corazón que, en su caso, es de metal, pero que en caso de los turolenses, late con fuerza y mucho más, durante estos días de la Vaquilla. Un momento en que la vida de la capital se detiene y da paso a tres intensas jornadas de convivencia, diversión y donde absolutamente todo tiene cabida. Eso sí, siempre, alrededor del emblemático Torico. Si esta figura hablara, cuántas historias contaría…
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