El dance es considerado como una manifestación festiva profano-religiosa con
pinceladas históricas que se presentan como el producto social de una
colectividad, reflejo y expresión de unas formas políticas, sociales y
económicas que se interrelacionan y subyacen en/con una determinada
mentalidad”. En nuestros días el dance ha sufrido muchas transformaciones y ha
perdido su carácter religioso, convirtiéndose en un elemento folklórico que
pretende ser seña de identidad de la comunidad, pero sigue manteniendo algunos
de estos elementos.
El dance de Visiedo presenta elementos comunes a los de otros dances
aragoneses, únicamente aparece el personaje del abanderado que demuestra su
destreza con la bandera. Curiosamente este personaje aparece en el dance de
Lidón, localidad muy próxima a la nuestra. No podemos determinar su cronología,
los textos más antiguos que hemos podido recoger corresponden al siglo XIX,
probablemente al igual que ocurre en el resto de la geografía aragonesa el
dance de Visiedo surgiera en el siglo XVII, aunque pueda tener elementos
anteriores.
Los más ancianos del lugar explican que su origen se
debe a que tras catorce años de malas cosechas y apedreos los vecinos de
Visiedo deciden hacer el dance para pedir a los santos San Abdón y San Senén
que terminasen con tantos años de malas cosechas, pero no concretan en su
cronología. También apuntan que el dance de Visiedo proviene del Bajo Aragón,
todo esto son suposiciones y no podemos afirmar nada con seguridad.
El Mayoral
El Rabadán
El diablo
El Ángel
El Abanderado
Los Danzantes.
La representación del dance comienza con la celebración de la misa y la
procesión en honor a los santos San Abdón y San Senén, a la iglesia acuden
todos los personajes excepto el diablo y durante la procesión por las calles
principales del pueblo los danzantes bailan algunos bailes a ritmo de dulzaina
y tambor, el diablo puede aparecer por cualquier esquina asustando a los niños
e intentando estropear la fiesta.
Durante la procesión se cantan los gozos y coplas a San Abdón y San Senén, los
mismas que se cantan durante la novena que se celebra en mayo.
Una
vez en la plaza, habilitada para la representación comienza la pastorada o
diálogo entre el mayoral y el rabadán, en el que se ponen de manifiesto los
problemas entre el pastor y el amo, con una interrupción del diálogo entre
ambos, aparece el diablo y comienza el enfrentamiento entre el bien y el mal,
representados por el ángel y el diablo, que terminará con el triunfo del ángel.
Seguidamente se da paso a los “dichos” que recitan los danzantes y el rabadán.
Primero los danzantes recitan unos versos dedicados a los santos, y después
dicen otros dedicados al rabadán casi siempre en tono jocoso, el rabadán por su
parte contesta al danzante comentando algún incidente gracioso que le haya
ocurrido a él o a su familia. Hacen sonar las castañuelas cada vez que el
Mayoral menciona a los santos.
Tras la intervención de los danzantes y el rabadán, el mayoral es el encargado
de decir pasajes de la vida de los santos , y después comienza el baile de los
danzantes, con palos, espadas, corbeteras y castañuelas. Tres bailes con palos,
“Más de quince velas e Himno Riego” , uno con palo y corbetera “Tairo ”, tres
de espadas y corbeteras, “Altísimo Señor”, “Marcha Real” y “Procesión” , la
jota con castañuelas y el “bolo del rabadán”. Podemos destacar también el baile
en el que los danzantes con las espadas rodean el cuello del diablo simulando
su muerte. Antiguamente los danzantes vestían el palo , un baile que hoy en día
está totalmente perdido , quizás por la complejidad que entrañaba rodear dicho
palo con cintas de colores. Poniendo punto final a la representación aparece el
abanderado para mostrar su destreza con la bandera.
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