El Gobierno de
Aragón ha decidido abrir las puertas del bilingüismo a todos los centros de la
comunidad, sin importar su condición de públicos o concertados. Pero también
sin importar sus medios y capacidades para impartir clases en idioma
extranjero.
Los requisitos que
tiene que tener un centro para optar a este título es que su consejo escolar
quiera y que sus profesores tengan un nivel del idioma elegido B2. Según el
Marco de Referencia Europeo, el nivel B2 o avanzado refleja el tercer nivel de
la clasificación del Consejo de Europa. Se
define como el de un alumno con capacidad operativa limitada. En este nivel, se
es capaz de trabajar en la lengua que se está aprendiendo, de ver películas en
ese idioma, de leer y redactar informes, de hablar con nativos sin crear
tensión, y punto pelota.
De ahí a tener
capacidad para enseñar un idioma y en otro idioma, quedan por medio como mínimo
dos niveles.
Con estos mimbres,
ya han solicitado la etiqueta de bilingües un total de 54 centros concertados y
67 públicos en Aragón. Los centros educativos pueden optar por dos modelos. En
el primer caso, se impartirá en inglés, francés o alemán el segundo idioma y
otras dos áreas, hasta ocupar el 30 por ciento
de sus horas lectivas. En la segunda opción, basta con una segunda
asignatura en otro idioma, hasta ocupar el 20 por ciento del periodo lectivo. Por
ejemplo: amén de las clases de inglés el profesor de gimnasia da educación física
en este idioma. Y así ya somos bilingües.
En Aragón ya existían 87 centros con este distintivo
pero que cumplían otros requisitos más exigentes ( un 40 por ciento del horario
lectivo, incluyendo asignaturas troncales). En la comunidad existen alrededor
de 500 centros educativos, así que vamos a tener casi la mitad de centros
oficialmente bilingües aunque con
desigualdades manifiestas en la enseñanza de un segundo idioma.
La etiqueta vende
mucho. Cuando se abra el proceso de escolarización, qué padres se va a resistir a un colegio que de la noche a la mañana le
ofrece ser bilingüe frente a otro que no se apellide
así. Lo que conviene recordar es que bilingüe es la persona que habla y escribe
dos lenguas.
El programa de la consejera Serrat
es loable aunque mejorable, si de lo que se trata es de reforzar la enseñanza de un segundo idioma en Aragón. Pero es una falacia
si lo que pretende es reconvertir los centros en algo que no son, porque no
tienen medios. Y la Consejera debe tener
presente que en Educación el rigor es muy importante.