jueves, 26 de julio de 2018

Ternasco de Aragón, un cordero para chuparse los dedos. Fotos.-



El Ternasco de Aragón es un cordero alimentado con leche materna y cereales naturales, cuyo peso en canal oscila entre 8 y 12,5 kg.

El proceso de crianza de este tipo de cordero se realiza mediante un aprovechamiento tradicional del territorio aragonés, tanto en pastos de montaña y media montaña como en las zonas más áridas del valle del Ebro. En la actualidad (marzo 2018) están adscritas más de 365.000 ovejas de las razas autóctonas aragonesas Ojinegra de Teruel, Roya Bilbilitana y Rasa Aragonesa, que junto a la Maellana y la Ansotana, son únicas razas que forman parte de la IGP Ternasco de Aragón, repartidas en 667 ganaderías de más de 320 municipios a lo largo de las tres provincias aragonesas. Por todo ello, podemos afirmar que, como beneficio adicional, el Ternasco de Aragón favorece la economía rural aragonesasu cultura y medio de vida, manteniendo la población y preservando el medio natural.
                                               


Este exigente proceso de crianza está regulado desde 1989 por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón, lo que supone la distinción de ser la primera carne fresca en España reconocida con una Denominación específica (actualmente IGP).

                                   

Gracias a que todo el proceso de crianza está previamente definido, y a los frecuentes controles que se realizan durante todo ese tiempo, se garantizan unos estándares de calidad óptimos que se traducen en una carne de cordero tierna, sabrosa y saludable, adecuada para todo tipo de consumidores, desde los más pequeños a los de mayor edad.
Así pues, su sabor equilibrado, su versatilidad a la hora de prepararlo y sus propiedades cardiosaludables  – demostradas a partir de varios estudios científicos – son, entre otras, las principales razones por las que comer Ternasco de Aragón.

                                 










lunes, 16 de abril de 2018

EL QUESO DE TRONCHÓN: UN ALIMENTO QUIJOTESCO.- FOTOS





Tronchón es una localidad y municipio español de la provincia de Teruel situado en la comarca del MaestrazgoAragón. Cuenta con 68 habitantes, 36 hombres y 32 mujeres,  y tiene una extensión de 57,1 km².
La villa posee un significativo patrimonio arquitectónico, encabezado por la iglesia de Santa María Magdalena, posee una monumental torre de sillería. Frente a esta se encuentra el ayuntamiento, con su lonja de cuatro arcos. Cerca de estos se sitúa el Antiguo Horno y la denominada Cárcel Antigua, edificio gótico de sillería  excavado en la cantera. El conjunto monumental del entorno de la iglesia se completa con el Portal del Val y con las casas del Santo y del Castillo. Dispersos por el resto de la villa también hay otros muchos edificios de interés, como los restos de una posible portada románica, diversas casonas (de los Marqueses de Valdeolivo, Rectoral y Monforte), la Cárcel Nueva y los portales de San Miguel y Santa Bárbara . 

Otros edificios de interés son la Fuente de sillería y el Lavaderola ermita de Santa Ana, a cuyo pie se asienta la villa; la peculiar ermita del Tremedal, la ermita de San Marcos, junto al Puente Vallés; las cuatro ermitas asociadas al culto en las masías, dedicadas a San Antonio, La Purísima, Santa Bárbara y San Lorenzo; el Molino de San Antonio o de los Tarazona; y multitud de masías entre las que destaca Mas de Torre Piquer, recientemente recogida en el Inventario de Castillos considerados Bien de Interés Cultural.




EL QUESO DE TRONCHON EN EL QUIJOTE


En 1615 se publicó la Segunda Parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Y allí Cervantes cita el queso de Tronchón en dos ocasiones, en el capítulo LII y en el LXVI. En el primero, siendo gobernador de la ínsula Barataria, Sancho Panza recibe al paje que regresaba del célebre lugar de La Mancha cuyo nombre no quiso recordar Cervantes. Era portador de dos cartas de Teresa Panza, una para su marido, el gobernador y otra para la duquesa. Y con las cartas el mensajero llevó unos presentes: "... dióle las bellotas, más un queso que Teresa le dio por ser muy bueno, que se aventajaba a los de Tronchón. Recibiólo la duquesa con grandísimo gusto”. Cervantes no halló mejor elogio para el buen queso manchego que anteponerlo en calidad al de Tronchón. 

 Pasemos al capítulo LXVI. Don Quijote y el buen Sancho regresan de Barcelona. El hidalgo ha sido vencido por el caballero de la Blanca Luna y, don Quijote se dirige a su villa de La Mancha para retirarse allí durante un año. En el camino, el hidalgo y su escudero se encuentran con Tosilos, que marcha a Barcelona. El lacayo del duque invita a don Quijote:
"Si vuesa merced quiere un traguito, aunque caliente, puro, aquí llevo una calabaza llena de lo caro, con no sé cuántas rajitas de queso de Tronchón, que servirán de llamativo y despertador de la sed, si acaso está durmiendo."

Don Quijote, perseverando en su estricta sobriedad y temeroso de encantamientos, rechaza la invitación. Pero Sancho, "el mayor glotón del mundo", aunque no invitado acepta contentísimo:
" El lacayo y Sancho se sentaron sobre la yerba verde, y en buena paz y compañía despabilaron y dieron fondo con todo el repuesto de las alforjas, con tan buenos alientos, que lamieron el pliego de las cartas, sólo porque olía a queso."

La repetida referencia al queso de Tronchón, hace suponer que Cervantes debía tenerlo en alta consideración gastronómica. Y parece lógico pensar que era aquel producto, además, un queso de gran prestigio popular.


ELABORACIÓN:  QUESO "DORMIDO" Y "SUDADO"



La elaboración es siempre artesana, a base de leche de oveja principalmente, a veces de cabra, y en ocasiones de una mezcla de las dos. Se cuaja la leche, tibia y sin descremar, añadiéndole un poco de "hierba cuajera", como los ganaderos llaman allí a una variedad de cardo, el Cynara cardunculus, de color azulado. Se dispone la cuajada en las aucillas, queseras de forma troncocónica y de distintas dimensiones. Una vez la cuajada está en el molde, se prensa a mano, ejerciendo suave presión con las palmas abiertas, algo así como de media a una hora. Y por eso, dicen que "el queso de Tronchón ha de ser dormido y sudado". Pues, es tradición que elaboren el queso sólo las mujeres y, siendo la época ya de calor, al parecer las artesanas se adormilan mientras prensan la masa y, con frecuencia se les duermen las manos. Y por otra parte, igualmente por el calor, se suelen sudar las queseras, y ha de sudar bien el queso durante el prensado para perder completamente el suero. Finalmente, se añade la sal conveniente; y se mantiene la masa en el molde alrededor de doce horas, al cabo de las cuales ya se puede degustar el exquisito e histórico queso de Tronchón.

Se destina este queso al consumo fresco, y se puede conservar, sin pérdida de calidad, hasta tres semanas. La pasta, semidura y consistente, con ojos del tamaño del arroz y pequeñas grietas, presenta un colorido blanco o ligeramente amarillento. (Aseguran, sin embargo, los expertos que la ausencia de ojos en este queso es síntoma de perfecta elaboración.)
 La forma tradicional del queso de Tronchón recuerda vagamente la de una pequeña hogaza de pan. En su parte superior lleva a veces, un motivo decorativo en altorrelieve que se reproduce por medio de un grabado en la parte inferior del molde. 
Es queso de olor muy agradable, con el típico sabor de los quesos de oveja, excelente. Hasta hace un tiempo, el queso de Tronchón sólo se podía encontrar en los pueblos y villas productores. Ahora han empezado a comercializarlo y, aunque en escasa cantidad, aparece ya en algunas charcuterías y queserías importantes de las grandes ciudades.





viernes, 6 de abril de 2018

LOS ÓRGANOS DE MONTORO. TERUEL. FOTOS.




Los Órganos de Montoro se localizan en los términos municipales de Ejulve y Villarluengo. Ambos municipios pertenecen a la provincia de Teruel pero a distintas comarcas, la de El Maestrazgo y la de Andorra-Sierra de Arcos respectivamente.
Este espacio natural se localiza en el sector oriental del Sistema Ibérico turolense. Los Órganos de Montoro son una gran formación caliza de estratos subverticales de edad cretácica, que pertenece al Maestrazgo turolense. El fuerte buzamiento de la formación es consecuencia de la intensa estructuración geológica del sector.

El tipo de vegetación dominante es típica de las zonas de montaña media mediterránea con predominio de carrascas y de matorrales esclerófilos entre los que destaca, por su presencia, la sabina negra. En las paredes de roca de los Órganos de Montoro, la representación de superficie vegetal es limitada, restringida a grietas y fisuras, pero de alto valor ecológico por su carácter endémico.
En el ámbito del Monumento Natural se pueden encontrar alguno de los ejemplares de flora catalogada aragonesa como rabos de gato, hierbas de Santa Rosa, tomillares de Thymus godayanu y acebo.

La fauna de los Órganos de Montoro resulta variada e interesante. Destacan las aves rupícolas con predominio del buitre leonado en el aire y la cabra pirenaica sobre el suelo, especies bien adaptadas al clima continental-montañoso, con veranos suaves e inviernos muy fríos.







martes, 13 de marzo de 2018

LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE VISIEDO. FOTOS.-



Disfruta Visiedo de una iglesia muy arreglada y limpia bajo la advocación de San Pedro, fue construida después de que la gran iglesia fuese destruida en la guerra civil. Es una iglesia de cruz latina, con una nave central y varias capillas laterales, destacando la de la Virgen del Pilar, Mantiene una reliquia del brazo del Padre sellaras. Tiene dos tallas relevantes, una es la de San Abdón y Senén y la otra la de la virgen del Carmen (barrocas).











miércoles, 17 de enero de 2018

EL AZAFRÁN EN EL CAMPO DE VISIEDO.-



EL AZAFRÁN




INTRODUCCIÓN.

Haciendo un poco de historia podemos decir 
que el azafrán fue introducido en España por los
árabes en el siglo VIII, . En Aragón tuvo 
gran importancia  durante los siglos XVI y XVII, por 
todo el reino:  en el somontano oscense y  los 
pueblos ribereños del Cinca, también se cultivo
 en amplias zonas de los  Monegros y por supuesto
 en tierras turolenses.
      En el caso  de la Comunidad de Teruel y por 
tanto también en Visiedo el  cultivo del azafrán 
estaba protegido, así aparece en una ordenanza de 
1598 recogida en la recopilación realizada 
como consecuencia de los  Decretos de Nueva Planta
 de 1708, promulgados por Felipe V. 
Dicha ordenanza  regula las penas impuestas a
 los ganados que perjudicasen el azafrán, estos  
serán amonestados con el pago de varios sueldos, 
según sea el daño.
Las zonas productoras de nuestra provincia han
 sido sobre todo cuatro: zona de Monreal, zona
 de Muniesa, zona del campo de Bello y zona del 
campo de Visiedo.
EL cultivo del azafrán en Visiedo siempre ha sido
 una actividad complementaria, una ayuda para 
las economías familiares basadas principalmente en
 la agricultura y en la ganadería.



CULTIVO

El proceso para la obtención del azafrán empieza con
 el cultivo. La reproducción tiene lugar a partir 
de pequeños bulbos llamados cebollas , que han 
sido previamente extraídos de la tierra procedentes
 de cultivos de años anteriores  y "desgarfolladas"
 (quitar las capas que recubren a la cebolla).A 
este proceso  se le llamaba , ir a sacar cebolla, y 
tenía lugar en el mes de junio, se reunían las personas
 de la casa para la cual se iba ha sacar la cebolla,
 algunos familiares y algunos vecinos, y así se
 ayudaban unos a otros. Se iba  a la finca en el 
carro tirado por machos, en el cual también se 
llevaba el rusá y la cesta de la comida. Una vez en
 la pieza todos se ponían en fila guardando unos 
dos metros de distancia entre uno y otro a lo largo de 
todo el surco (hendidura que se hace en la tierra 
con el rusá) y otra persona con el rusá
 tirado de dos machos se encargaba de ir haciendo 
los surcos para desenvolver la cebolla de la tierra y 
poder ser recogida, esto se hacía con la mano y
 se echaba en un cesto que llevaban en la otra mano
 y servía también para apoyarte, cuando el cesto 
estaba lleno se vaciaba en sacos que estaban 
repartidos por toda la finca.

Una vez que estaba la cebolla en casa hay 
que desgarfollar e ir seleccionando  las mejores 
para después volverlas a sembrar, el resto servía
 de comida para los cerdos. A los cinco ó seis días se
 iba a plantar la cebolla, todo era igual que cuando 
se iba a sacar, pero en este caso lo que se hace
 es ir metiendo  cada cebolla en un "huequecico" 
en la tierra y con el macho y el rusá  se iba envol-
viendo con un surco y sobre ese surco se ponían otra 
vez las cebollas. 
Plantada la cebolla, y sí el tiempo acompañaba, ya
 estaba todo preparado  para que nazca la rosa 
del azafrán, que solía ser para mitad de octubre, para
 el Pilar. Cada planta se mantenía cuatro o cinco 
años, durante los  cuales se reproduce, y al termino 
de los cuales habrá que volver a empezar con el 
proceso de sacar la cebolla, desgarfollarla y 
volver a plantarla .
Durante todo el año era necesario ir a la finca donde 
se tenía sembrado el azafrán  para "dar vuelta del
 ratón", ya que era necesario tener precaución de que 
los ratones no hicieran caños y se comieran las
 cebollas. En caso de que esto sucediera se trataba 
de hacer desaparecer al ratón, bien cazándolos con los
 cepos o "zaumándolos", técnica que consiste en poner
 en la boca del caño un puchero, que tenía un agujero 
por la parte de abajo en uno de sus lados, en el
 puchero se ponía paja un poco húmeda y se le 
prendía fuego, así el puchero  se llenaba de humo y
 con el fuelle que se ponía en el agujero se hacia 
salir el humo hacia el caño y así se lograba que 
saliesen los ratones. En las últimas décadas, 
estas técnicas fueron sustituidas por la costumbre de matar a los ratones asfixiándolos con el butano.



RECOLECCIÓN Y DESBRIZNADO

La recolección tenía lugar para el Pilar y se deno-
minaba "ir a por rosa". El período  de recolección 
duraba unos veinte o veinticinco días de los cuales
con un poco de suerte podía haber tres o cuatro días
 de florada, es decir días en los que  salía mucha rosa. 
La rosa del azafrán es la flor de la cebolla, tiene
 cuatro o  cinco pétalos de color violeta y dentro de 
la flor se encuentra lo que comúnmente se denomi-
naba azafrán, que son pequeños trozos de hilo de 
unos 3cm. y de color rojo, y las lengüetas que son
 de color amarillo y más pequeñas que el azafrán,
 las hojas eran verdes y alargadas y se llamaban 
"cerdas".




La rosa nace todos los días y era necesario recogerla
 a diario, esto se hacía desde el amanecer hasta que 
salía el sol, ya que si no la flor se abría y dificultaba
 la recogida y además comenzaba a marchitarse. Es
 una labor dura ya que la rosa se recogía con la 
mano, teniendo que ir agachados y soportando 
 bajas temperaturas y mucha humedad.
Cuando se terminaba de recoger toda la rosa se llevaba
 a casa y se extendía  sobre sacos para que se
 secase mientras se almorzaba, seguidamente todos 
se ponían a desbriznar, aunque normalmente esta es 
una labor que 
desarrollan las mujeres ayudadas también por 
los ancianos que hubiese en la casa, los hombres 
tenían que hacer otras labores del campo o ganaderas. 
Se iba echando la rosa sobre una mesa alrededor de
 la cual se sentaban  para desbriznar. El desbriz-
nado consistía en quitar las hojas de la rosa y separar
 el azafrán, que se ponía en un montón, y las
 lengüetas, que se ponían  en otro. El azafrán se 
quedaba en casa para ser secado y posterior-
mente vendido, y las lengüetas normalmente se
 vendían en las tiendas del pueblo, estas normal-
mente sólo se recogían en caso de que no hubiese 
mucha rosa, ya que su precio era barato y retrasaba
 la labor del desbriznado.
En ocasiones, cuando la familia no podía desbriznar 
toda la rosa, era necesario  buscar desbriznadoras 
para ayudar, a estas se les pagaba por onzas 
(1 onza = 30gr.) de azafrán que desbriznaban. 
Este proceso ocupaba todo el día, desde mediodía
 hasta altas horas de la noche, por lo que había
 tiempo para largas tertulias y para entretenerse 
contando historias, canciones o romances que hacían
el trabajo más ameno. Al día siguiente y mientras 
duraba la campaña del azafrán se repetía todo el
 proceso.



SECADO Y VENTA DEL AZAFRÁN

Una vez desbriznado el azafrán, se procede a su
 secado ya que es así como se vende para su utiliza-
ción, como condimento para la comida o para 
elaborar medicamentos. Antiguamente el secado se
 hacía en la lumbre del  hogar, se hacía un círculo
 con piedras, sobre las que se ponía 
un cedazo  (instrumento compuesto de un aro y de
 una tela por lo común de cerdas, que cierra la
 parte inferior), o "ciazo", con el azafrán y así con el
 calor de la lumbre se iba secando, más tarde se hacía
 en la cocinilla de carbón y de leña y en los 
últimos tiempos se utilizaba el butano, sobre el que
 se ponía una plancha
 de hierro y encima el cedazo. Esto también era
preciso hacerlo todos los días  para que el azafrán
 no perdiera sus cualidades.

El azafrán tostado se iba guardando día tras día en 
una caja, tapado con papel  y un trapo blanco, en un
 lugar seco y sin humedad.
Normalmente el azafrán no se vendía todos los años, 
se solía guardar algún tiempo, ya que es al segundo
 o tercer año cuando alcanza sus mejores cualidades. 
Los compradores que venían por Visiedo solían 
ser de Albacete, de Daroca o de Monreal.
El azafrán se mide en onzas y en libras. En Visiedo 1
onza = 30gr. Y 1libra = 360gr. Y 1libra=12onzas, 
aunque estas equivalencias pueden variar según
 las zonas.





Actualmente en Visiedo todas las plantaciones de
azafrán han desaparecido, debido sobre todo a que 
tanto su cultivo como su recolección se realizan de
 forma manual y se necesita mucha mano de obra,
 y dado que el medio rural  está sufriendo una 
fuerte despoblación, estas tareas no pueden realizarse.
 A esto también hay que añadir que su precio
 experimentó una fuerte bajada. Por todas estas
 razones, un cultivo muy arraigado en determinadas 
zonas de la provincia prácticamente ha desapare-
cido y corremos el riesgo de perder una serie 
de costumbres y casi ritos que rodeaban su cultivo
 y recolección, en definitiva parte de nuestra historia.
 .