EL AZAFRÁN
INTRODUCCIÓN.
Haciendo un poco de historia podemos decir
que el azafrán fue introducido en España por los
árabes en el siglo VIII, . En Aragón tuvo
gran importancia durante los siglos XVI y XVII, por
todo el reino: en el somontano oscense y los
pueblos ribereños del Cinca, también se cultivo
en amplias zonas de los Monegros y por supuesto
en tierras turolenses.
En el caso de la Comunidad de Teruel y por
tanto también en Visiedo el cultivo del azafrán
estaba protegido, así aparece en una ordenanza de
1598 recogida en la recopilación realizada
como consecuencia de los Decretos de Nueva Planta
de 1708, promulgados por Felipe V.
Dicha ordenanza regula las penas impuestas a
los ganados que perjudicasen el azafrán, estos
serán amonestados con el pago de varios sueldos,
según sea el daño.
Las zonas productoras de nuestra provincia han
sido sobre todo cuatro: zona de Monreal, zona
de Muniesa, zona del campo de Bello y zona del
campo de Visiedo.
EL cultivo del azafrán en Visiedo siempre ha sido
una actividad complementaria, una ayuda para
las economías familiares basadas principalmente en
la agricultura y en la ganadería.
CULTIVO
El proceso para la obtención del azafrán empieza con
el cultivo. La reproducción tiene lugar a partir
de pequeños bulbos llamados cebollas , que han
sido previamente extraídos de la tierra procedentes
de cultivos de años anteriores y "desgarfolladas"
(quitar las capas que recubren a la cebolla).A
este proceso se le llamaba , ir a sacar cebolla, y
tenía lugar en el mes de junio, se reunían las personas
de la casa para la cual se iba ha sacar la cebolla,
algunos familiares y algunos vecinos, y así se
ayudaban unos a otros. Se iba a la finca en el
carro tirado por machos, en el cual también se
llevaba el rusá y la cesta de la comida. Una vez en
la pieza todos se ponían en fila guardando unos
dos metros de distancia entre uno y otro a lo largo de
todo el surco (hendidura que se hace en la tierra
con el rusá) y otra persona con el rusá
tirado de dos machos se encargaba de ir haciendo
los surcos para desenvolver la cebolla de la tierra y
poder ser recogida, esto se hacía con la mano y
se echaba en un cesto que llevaban en la otra mano
y servía también para apoyarte, cuando el cesto
estaba lleno se vaciaba en sacos que estaban
repartidos por toda la finca.
Una vez que estaba la cebolla en casa hay
que desgarfollar e ir seleccionando las mejores
para después volverlas a sembrar, el resto servía
de comida para los cerdos. A los cinco ó seis días se
iba a plantar la cebolla, todo era igual que cuando
se iba a sacar, pero en este caso lo que se hace
es ir metiendo cada cebolla en un "huequecico"
en la tierra y con el macho y el rusá se iba envol-
viendo con un surco y sobre ese surco se ponían otra
vez las cebollas.
Plantada la cebolla, y sí el tiempo acompañaba, ya
estaba todo preparado para que nazca la rosa
del azafrán, que solía ser para mitad de octubre, para
el Pilar. Cada planta se mantenía cuatro o cinco
años, durante los cuales se reproduce, y al termino
de los cuales habrá que volver a empezar con el
proceso de sacar la cebolla, desgarfollarla y
volver a plantarla .
Durante todo el año era necesario ir a la finca donde
se tenía sembrado el azafrán para "dar vuelta del
ratón", ya que era necesario tener precaución de que
los ratones no hicieran caños y se comieran las
cebollas. En caso de que esto sucediera se trataba
de hacer desaparecer al ratón, bien cazándolos con los
cepos o "zaumándolos", técnica que consiste en poner
en la boca del caño un puchero, que tenía un agujero
por la parte de abajo en uno de sus lados, en el
puchero se ponía paja un poco húmeda y se le
prendía fuego, así el puchero se llenaba de humo y
con el fuelle que se ponía en el agujero se hacia
salir el humo hacia el caño y así se lograba que
saliesen los ratones. En las últimas décadas,
estas técnicas fueron sustituidas por la costumbre de matar a los ratones asfixiándolos con el butano.
RECOLECCIÓN Y DESBRIZNADO
La recolección tenía lugar para el Pilar y se deno-
minaba "ir a por rosa". El período de recolección
duraba unos veinte o veinticinco días de los cuales
con un poco de suerte podía haber tres o cuatro días
de florada, es decir días en los que salía mucha rosa.
La rosa del azafrán es la flor de la cebolla, tiene
cuatro o cinco pétalos de color violeta y dentro de
la flor se encuentra lo que comúnmente se denomi-
naba azafrán, que son pequeños trozos de hilo de
unos 3cm. y de color rojo, y las lengüetas que son
de color amarillo y más pequeñas que el azafrán,
las hojas eran verdes y alargadas y se llamaban
"cerdas".
La rosa nace todos los días y era necesario recogerla
a diario, esto se hacía desde el amanecer hasta que
salía el sol, ya que si no la flor se abría y dificultaba
la recogida y además comenzaba a marchitarse. Es
una labor dura ya que la rosa se recogía con la
mano, teniendo que ir agachados y soportando
bajas temperaturas y mucha humedad.
Cuando se terminaba de recoger toda la rosa se llevaba
a casa y se extendía sobre sacos para que se
secase mientras se almorzaba, seguidamente todos
se ponían a desbriznar, aunque normalmente esta es
una labor que
desarrollan las mujeres ayudadas también por
los ancianos que hubiese en la casa, los hombres
tenían que hacer otras labores del campo o ganaderas.
Se iba echando la rosa sobre una mesa alrededor de
la cual se sentaban para desbriznar. El desbriz-
nado consistía en quitar las hojas de la rosa y separar
el azafrán, que se ponía en un montón, y las
lengüetas, que se ponían en otro. El azafrán se
quedaba en casa para ser secado y posterior-
mente vendido, y las lengüetas normalmente se
vendían en las tiendas del pueblo, estas normal-
mente sólo se recogían en caso de que no hubiese
mucha rosa, ya que su precio era barato y retrasaba
la labor del desbriznado.
En ocasiones, cuando la familia no podía desbriznar
toda la rosa, era necesario buscar desbriznadoras
para ayudar, a estas se les pagaba por onzas
(1 onza = 30gr.) de azafrán que desbriznaban.
Este proceso ocupaba todo el día, desde mediodía
hasta altas horas de la noche, por lo que había
tiempo para largas tertulias y para entretenerse
contando historias, canciones o romances que hacían
el trabajo más ameno. Al día siguiente y mientras
duraba la campaña del azafrán se repetía todo el
proceso.
SECADO Y VENTA DEL AZAFRÁN
Una vez desbriznado el azafrán, se procede a su
secado ya que es así como se vende para su utiliza-
ción, como condimento para la comida o para
elaborar medicamentos. Antiguamente el secado se
hacía en la lumbre del hogar, se hacía un círculo
con piedras, sobre las que se ponía
un cedazo (instrumento compuesto de un aro y de
una tela por lo común de cerdas, que cierra la
parte inferior), o "ciazo", con el azafrán y así con el
calor de la lumbre se iba secando, más tarde se hacía
en la cocinilla de carbón y de leña y en los
últimos tiempos se utilizaba el butano, sobre el que
se ponía una plancha
de hierro y encima el cedazo. Esto también era
preciso hacerlo todos los días para que el azafrán
no perdiera sus cualidades.
El azafrán tostado se iba guardando día tras día en
una caja, tapado con papel y un trapo blanco, en un
lugar seco y sin humedad.
Normalmente el azafrán no se vendía todos los años,
se solía guardar algún tiempo, ya que es al segundo
o tercer año cuando alcanza sus mejores cualidades.
Los compradores que venían por Visiedo solían
ser de Albacete, de Daroca o de Monreal.
El azafrán se mide en onzas y en libras. En Visiedo 1
onza = 30gr. Y 1libra = 360gr. Y 1libra=12onzas,
aunque estas equivalencias pueden variar según
las zonas.
Actualmente en Visiedo todas las plantaciones de
azafrán han desaparecido, debido sobre todo a que
tanto su cultivo como su recolección se realizan de
forma manual y se necesita mucha mano de obra,
y dado que el medio rural está sufriendo una
fuerte despoblación, estas tareas no pueden realizarse.
A esto también hay que añadir que su precio
experimentó una fuerte bajada. Por todas estas
razones, un cultivo muy arraigado en determinadas
zonas de la provincia prácticamente ha desapare-
cido y corremos el riesgo de perder una serie
de costumbres y casi ritos que rodeaban su cultivo
y recolección, en definitiva parte de nuestra historia.
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