El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que
encontramos en multitud de productos alimenticios, que a pesar de su uso tan
extendido se convierte en una opción poco saludable. Descubre por qué.
Si miras en las etiquetas de la mayoría de productos alimenticios
que tienes en estos momentos en tu despensa es bastante posible que, entre sus
ingredientes te encuentres con el aceite de palma. Y es que, sin duda alguna,
nos encontramos ante uno de los aceites más utilizados del mundo, siendo muy
fácil encontrarlo en una gran diversidad de productos que comemos cada día.
Todo ello a pesar de no ser una opción muy adecuada desde un punto de vista
tanto nutritivo como medicinal.
Este aceite se produce a partir de los frutos de la palma
africana, una planta perenne que puede llegar a alcanzar más de 100 años y los
40 metros de altura, aunque debido a su uso productivo lo cierto es que no
suelen llegar hasta los 25 años y los 12 metros de altura.
Sus frutos se agrupan en una especie de drupa, los cuales se
encuentran cubiertos por un tejido ceroso, con una estructura dura y redonda en
cuyo interior encontramos una almendra. A partir de estos frutos se obtiene el
conocido como aceite de palma.
¿Dónde encontramos aceite de palma?
Lo cierto es que podemos encontrar aceite de palma en la
composición de una grandísima variedad de productos (alimenticios y no
alimenticios). Desde un punto de vista alimentario, los productos donde
comúnmente podemos distinguir la presencia de este aceite como uno de sus
ingredientes son los siguientes:
Bollería, tartas, galletas y pasteles: sobre todo en caso de
bollería industrial como sustituto de las grasas hidrogenadas y de la
mantequilla.
Coberturas y cremas: al fundirse mejor que el chocolate
tiende a ser utilizado para mantener y almacenar cremas y coberturas.
Productos untables: es común encontrarlo en margarinas o
cremas de cacao ya que por poseer un alto contenido en grasas saturadas tiende
a facilitar el untado.
Productos precocinados: es muy común encontrar aceite de
palma como ingrediente en una amplia variedad de alimentos precocinados, desde
pizzas hasta patatas fritas o alimentos empanados. El motivo es sencillo,
además de ser más barato tiende a enranciarse menos.
Aperitivos y chips salados: especialmente porque este aceite
tiende a aguantar más frituras que otras grasas.
¿Por qué es tan malo para la salud?
A pesar de su uso tan extendido, siendo muy habitual
encontrarlo en una amplia variedad de productos alimenticios en realidad
sumamente diversos (desde galletas a pasteles, pasando por pizzas precocinadas,
cremas de cacao o aperitivos salados), la realidad es que desde un punto de
vista nutricional no es una opción muy saludable.
El motivo principal lo encontramos en su alto contenido en grasas
saturadas (concretamente en ácidos grasos saturados de cadena larga). De hecho,
en torno a un 50% de las grasas presentes en el aceite de palma son saturadas.
Tal y como han demostrado muchos estudios científicos, un consumo prolongado y
regular de grasas saturadas influyen de forma negativa en el aumento del
colesterol LDL en la sangre, lo que duplica el riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares.
Pero no debemos alarmarnos, dado que para que en realidad el
aceite de palma pueda ser perjudicial para nuestra salud deberíamos consumir
productos alimenticios elaborados con él cada día y en grandes cantidades. Si
no deseas seguir consumiéndolos, una buena opción es fijarte en el etiquetado
de los productos que adquieras a partir de ahora, y analizar si en él se
encuentra el aceite de palma.