martes, 17 de julio de 2012

¡QUÉ VERGÜENZA DE COMUNICACIONES TENEMOS EN TERUEL!



 Hasta hace poco tiempo los turolenses estábamos indignados porque no teníamos el AVE, porque las comunicaciones  con Madrid eran tercermundistas. Pero ahora, ahora el problema se ha extendido.

Me voy a pasar unos días a Benicasim, miro por internet el horario de los autobuses y ¡Cuál es mi sorpresa! Ya no hay un servicio semanal, sino que, únicamente,  hay una prestación que únicamente cubre el lunes y los viernes.

 Pero para mi estupor,  el servicio lo presta un “furgón” de reparto que tiene  una capacidad de 16 plazas, ni más ni menos. Pero ¿Qué pasa cuando hay más  demanda que plazas ofertadas? La solución es difícil y tiene que ser acordada por las dos partes.

Afortunadamente, el furgón pudo salir, pero  yo me pregunto ¿Y si hubiese tres o cuatro viajeros más, que no hubiesen podido viajar? La respuesta es difícil, pero el conductor nos comentó que la empresa debería de mandar un nuevo transporte para cumplir con todos los viajeros.

Si hasta hace poco nos quejábamos del aislamiento de nuestra provincia, hoy debemos  levantar nuestra voz para reclamar que, por lo menos nos dejen como estábamos. La crisis nos ha tapado la voz a todos, pero no  por ser los que nunca pintamos nada, ni servimos para configurar gobiernos, debemos callarnos.

Si somos pocos y no nos podemos organizar habrá que tomar medidas más contundentes que nos lleven a que los demás nos conozcan y entiendan que las reivindicaciones nuestras no suponen ningún lujo, sino que, por el contrario,  son unas peticiones que suponen la supervivencia de nuestra provincia.

En resumen, podemos decir que si la crisis la tenemos que pagar los de siempre, en el caso de nuestra provincia la tiene que pagar “pocarropa”, es decir, los asalariados, los más “pringaos”, los más alejados de los centros de poder, los que somos pocos y  alejados, los que no nos podemos organizar y, a la vez, no significamos nada a nivel nacional. Estamos ante una nueva injusticia, de la que no podemos salir,  puesto que, ni para acercarnos unos días a la playa, podemos elegir en qué día lo podemos hacer.