martes, 31 de julio de 2012

TRABAS AL NUEVO SUEÑO TUROLENSE.-






Los habitantes de una comarca de Valencia no quieren el AVE Teruel-Sagunto. De nuevo, argumentos sociales y paisajísticos empañan un proyecto vital para nuestra provincia.


         Suele ocurrir. Cuando una importante infraestructura de comunicaciones planea sobre Teruel, surge alguna voz discordante de vecinos, pueblos, provincias o comunidades, que pone en bandeja a la Administración la excusa perfecta para pensar dos veces si sigue adelante con la iniciativa y quizá olvidarse de ella durante unas décadas.

         Sucedió hace 20 años con la mejora de la N-232 (Santander-Vinaroz) en Monroyo. Fue la queja de los expropiados de Teruel por el menor precio de sus terrenos frente a los de Castellón lo que inició el retraso de la obra, ahora aún sin acabar. Pasó con la autovía Mudéjar: dos años se perdieron en los 90 porque las Cuencas Mineras también querían el eje. Y ahí estaba Obras Públicas sin mover un dedo, esperando paciente que los turolenses firmaran la paz. Lo mismo con la A-40 entre Teruel y Cuenca, que a su paso por el enclave valenciano de Ademuz, arrasa, al parecer todo bicho y planta viviente. Igual con el frustrado AVE Madrid-Cuenca-Teruel-Valencia, aniquilado por los insalvables problemas técnicos.






          La historia podría repetirse con el tramo Teruel-Sagunto del ferrocarril Cantábrico-Mediterráneo que el Gobierno central ofreció como caramelo a los turolenses para que callaran por no poder ir en AVE a Madrid. Una comarca de Valencia, la Vall de Segó, no quiere este tren porque su construcción abrirá canteras y , sobre todo, sustituirá a la línea convencional que ahora enlaza los pueblos. Esta semana acaba el plazo para presentar alegaciones a este proyecto de 4.000 mil millones se euros que supone un nuevo sueño turolense.

          Serán miles de personas y asociaciones las que aleguen. Pero el gobierno no puede por ello dar una nueva negativa a Teruel. Son más los habitantes que dicen que sí a un tren moderno que sustituya a un ferrocarril de “western” americano ( tres horas de viaje de Teruel a Valencia). Ya se perdió un AVE: también este, que compartiría trayecto con mercancías, sería demasiado. La Vall de Segó tiene a un paso el Corredor Mediterráneo, pero el sur de Aragón, no.

         A los gobiernos corresponde gestionar los recursos y equilibrar territorios. Esperemos que no se desvanezca otro sueño más y que impere el sentido común, aunque como ya tenemos una amplia experiencia en estos casos, en Teruel no nos fiamos “un pelo”.