miércoles, 29 de abril de 2015

LAS PROFESIONES QUE MÁS ILUSIÓN DESPIERTAN ENTRE LOS ESPAÑOLES.-

  
                       

Profesor y médico son las profesiones que más ilusión despiertan entre los españoles. Y también dos de los puestos que más felices hacen a los profesionales que los ocupan, y no precisamente por el sueldo. La conciliación y el reconocimiento priman en la elección profesional.
           Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse". Enrique Javier Poncela parecía tenerlo claro: ocupar un puesto que te ilusione, te motive y te satisfaga no sólo constituye una de las metas de la mayoría de profesionales, también la clave para la productividad. En este sentido, y en líneas generales, a los españoles nos hace felices ocupaciones con vocación de servicio público como médico, profesor y policía, entre otras. Y ya no nos mueve tanto el salario como otros aspectos: la conciliación entre la vida profesional y la personal, la flexibilidad o el reconocimiento.
           Los trabajadores de la educación, la Administración Pública y la sanidad serían los más ilusionados del país; mientras que los empleados del sector agropecuario, de la construcción y los transportes los menos encantados con sus tareas. Los empleos en los que careces de capacidad de decisión y de creatividad son los que menos atraen a los profesionales españoles. Los trabajadores del área de limpieza, los profesionales de call center y los puestos mecánicos y automáticos en general, los menos deseados "porque no te permiten dejar tu impronta, tu huella personal. Son trabajos con los que tienes la sensación de que lo que haces no trasciende".
            Es indudable que la crisis económica ha afectado a la elección laboral. Aunque el mercado de trabajo se está revitalizando, hay campos "como el de la construcción" en los que este repunte todavía no ha llegado. En 2015 vamos a asistir a una mejora de éste y de otros ámbitos como el industrial. En cualquier caso, la demanda de posiciones que se enmarcan en los ámbitos comercial, de márketing y las finanzas son las que tienen más expecttivas.
La nueva realidad del mercado laboral español hace que la estabilidad laboral y la conciliación sean dos de los principales factores a tener en cuenta cuando eliges una profesión como la más deseada.

Por género
La vocación profesional también depede del género: " los hombres se decantan por trabajos más físicos y relacionados con los transportes y la tecnología, y las mujeres  por empleos más liberales, creativos y de cara al público. Los perfiles de profesor y médico son los que más ilusión despiertan, a pesar del género, y, la ocupación de empresario se sitúa en cuarto lugar demostrando de este modo "el aumento del interés por la figura del emprendedor en España.
Por regiones, parece ser que en el norte están más satisfechos con sus obligaciones profesionales. Son los navarros, los aragoneses y los riojanos los españoles más satisfechos con sus trabajos, frente a murcianos, castellano y leoneses y gallegos que se muestran menos contentos con su situación laboral.

Felicidad
La clave de la felicidad laboral reside en el disfrute del trabajo que se desempeña. Una teoría que, aunque parezca obvia, depende de muchos factores: "Un buen ambiente de trabajo, compañerismo, coherencia en la dirección de la empresa, la disposición de recursos para cumplir con el puesto, el sueldo, la estabilidad, etcétera", que hacen de su puesta en práctica una tarea no siempre posible. Y estos condicionantes también van por tramos de edad. los profesionales más jóvenes, que cuentan con una experiencia nunca superior a los siete años "buscan el equilibrio entre la vida profesional y la personal, y el desarrollo de carrera"; y los sénior, aquellos que tienen un bagaje de más de 10 años, esperan de su puesto "estabilidad y un buen salario".
¿Te gusta tu puesto de trabajo?
Sí. Parece ser que los españoles estamos a gusto con nuestros empleos. Por áreas de negocio son educación, salud y servicios financieros los sectores que mayor nivel registran;mientras que los ámbitos de transporte y distribución, comunicación y turismo son los que menos tasa de satisfacción demuestran. Buscar el trabajo que te haga feliz parece una tarea titánica, y asegurar que los españoles, con la que está cayendo, estamos contentos con el empleo que realizamos puede sonar superficial. Aun así, las nuevas generaciones de profesionales ya no buscan tanto mejores remuneraciones como placer por las funciones que desempeñan. Y, en este sentido, la mayoría de ellos rastrea puestos que les llenen y en los que puedan dejar su huella. Esto implica, no obstante, pasar de víctimas a protagonistas; cambiar la queja por la acción y representarse a uno mismo, tomando la responsabilidad de su bienestar. Suena a saber gestionar la propia empleabilidad, teniendo en cuenta que ésta es la mejor fuente de satisfacción laboral, y no la garantía de un puesto concreto o de un determinado empleador. Y aquí entran en juego las nuevas reglas de un mercado laboral cambiante, en el que son tan importantes los conocimientos y la experiencia, como otras habilidades en las que destaca la adaptabilidad, la capacidad para trabajar en equipo, el liderazgo, la orientación a resultados y el compañerismo.

¿Estás satisfecho en tu empleo?
Los deportistas son los profesionales que más felices se sienten con su puesto.  Los investigadores y los científicos, los maestros, y los médicos y psicólogos también confiesan sentirse contentos con las tareas que realizan.  En el fondo, los primeros puestos están copados por profesiones con un carácter fuertemente vocacional, que es uno de los factores más importantes para alcanzar la felicidad laboral. - Hay profesiones en las que los desempleados ven mayor felicidad, como son la de arqueólogo, la de funcionario y la de veterinario. Aunque los profesionales en activo no coincidan con estas elecciones. 

miércoles, 15 de abril de 2015

13 cosas que sólo entenderás si de pequeño tenías pueblo. fotos y chistes.-

A lo mejor hace años que no lo pisas o solo vas en Navidad para ver a la familia. O tal vez sigues visitándolo todos los meses. Da igual la relación que tengas ahora con tu pueblo,  pero si creciste teniendo uno al que escapar los fines de semana y las vacaciones, has vivido cosas que tus compañeros de clase no podían ni imaginar cuando volvíais a reencontraros en septiembre.
1. Tu pueblo es el mejor. El más bonito, el que tiene más bares, el más grande (lo cual es técnicamente imposible porque sería una ciudad). Cuando regresas del pueblo a tu vida normal después de pasar las vacaciones vuelves con él idealizado. Pero, sobre todo, tu pueblo es el más divertido. Y mola mucho más que los pueblos de alrededor.
2. Los pueblos son el paraíso de la libertad. Con 10 años andas correteando por la plaza principal aunque sean las 3 de la mañana. Algo paradójico porque, cuando regresas a la ciudad, llegar después de la medianoche supone una titánica labor de negociación con tus padres.
3. Desde pequeño entiendes perfectamente lo que significa la palabra forastero y no es por las pelis del Oeste que echan después de comer. No, los forasteros son esos que vienen de fuera y que, aunque tengan una casa y pasen las vacaciones de cada año en el pueblo, nunca conseguirán el estatus de ser “de aquí”. A menudo terminan en el pilón o en el río, dependiendo de lo que haya en tu pueblo.

4. La permisividad con el alcohol es preocupante. Con toda seguridad, tu primer contacto con los licores se produjo más o menos a la edad a la que hiciste la primera comunión (porque hiciste la comunión. Si no, eres el raro del pueblo). Y probablemente vino de la mano de un familiar, si no fueron tus propios padres los culpables. Cuando tus amigos del instituto probaban su primer calimocho, tú ya estabas por el vodka con limón.
5. Realmente, alguien que tiene pueblo ha sido precoz en muchas cosas y no todas buenas: que un primo te enseñe a conducir sin carnet es una de ellas.
6. Pero antes del coche, estaba la bicicleta: la gran aliada. Con ella has ido a la piscina, al río y has bajado cuestas imposibles. Puede que por eso tengas esas marcas en las rodillas y los codos (y algunos la frente). Recuerdo de la infancia.
7. Nunca has estado en un campamento de verano ni en un grupo de boy scouts. Ni falta que te hace porque tuviste que aprender a encender una chimenea muy pronto.
8. Sabes cómo se baila un pasodoble.
9. Has recogido tomates, castañas y peras del huerto de tu familia. Y, lo que es mejor, te las has comido. Las frutas de los mercados de ciudad te ponen triste. 
10. Tienes un mote. O incluso puede que tengas varios si has heredado los de tus familias (uno por parte de padre y otro por parte de madre). Para ubicarte, tu nombre va acompañado de coletillas como “la de la tía María” o “la hija de la Flori”.

11. La gente se sabe tu vida, aunque haga años que no pasas por allí. Si hay algún despistado que no te ubica simplemente te preguntará: ¿Y tú de quién eres?
12. Todo el mundo es tu primo o tu tío aunque sea tan lejano que no compartís ninguno de los ocho apellidos.
13. Agosto se convierte en una gymkana de fiestas patronales. Tienes a tus espaldas muchos kilómetros a través de carreteras secundarias para seguir a tus orquestas de cabecera como si fueran los Beatles. Orquestas que tienen nombres como Diamante, Pacífico, Palancia  Selva Negra y que tocan Chiquilla, Rosendo y Mago de Öz. El 15 de agosto es el día más esperado del verano porque es fiesta en todos los pueblos de España o, al menos, lo era antes de la crisis.