lunes, 19 de diciembre de 2016

LOTERÍA DE NAVIDAD: ¿cuánto se queda Hacienda si le toca el Gordo?


Como cada año, los españoles se lanzan a comprar Lotería de Navidad, una tradición más en estas fechas. Pero, no hay que olvidar, que si es agraciado deberá pagar impuestos. ¿Cuánto se queda Hacienda?
Desde 2013, los números premiados con un importe superior a 2.500 euros deben pagar impuestos. Es decir, si tiene la fortuna de que le toque el Gordo el próximo 22 de diciembre, es decir, los 400.000 euros del primer premio, debe saber que 79.500 euros irán a las arcas públicas.
Además, esta "penalización fiscal" afecta a todos los premios de Loterías y Apuestas del Estado.
Así tributan a Hacienda los décimos premiados
Concretamente, debe saber que los primeros 2.500 euros de un premio están exentos pero que tributará por el resto con una retención del 20%. De esta forma, en el caso del Gordo 79.500 euros irán a al departamento de Cristóbal Montoro.
Estos impuestos se retendrán directamente en el momento del cobro de décimo premiado. En este sentido, la Agencia Tributaria explica que los contribuyentes del IRPF que hayan soportado la retención en el momento del abono del premio, o no la hayan soportado por ser su cuantía inferior a 2.500 euros, no tendrán que presentar ninguna otra autoliquidación.
Por su parte, los contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades que obtengan un premio sujeto al gravamen especial deberán incluir, igual que antes del 1 de enero de 2013, el importe del premio entre las rentas del periodo sujetas al impuesto y la retención/ingreso a cuenta soportado como un pago a cuenta más. Con esta normativa, la única diferencia es que estos premios pasan a estar sometidos a retención o ingreso a cuenta del 20%.
¿Pero qué pasa si sólo tiene una participación?
El lema del anuncio de la Lotería de este año vuelve a ser: "el mayor premio es compartirlo". Y es que, efectivamente, en España hay una gran tradición de compartir décimos con la familia y amigos y también de comprar directamente participaciones. ¿Y cómo tributan las participaciones?
Si tiene una partición puede que también sufra el recorte fiscal. Hay que tener en cuenta que a efectos fiscales las participaciones no existen y lo que tributa es el décimo. Por lo tanto, si tiene una participación de un décimo y ese décimo es premiado con más de 2.500 se aplicará la retención y cobrará lo que le corresponda proporcionalmente una vez descontados impuestos.
La retención se aplicará a quien sea el depositario del décimo o gestor de cobro y éste a continuación deberá repartir el premio neto (después de impuestos) entre los participantes.
Se recomienda identificar a los participantes
Hacienda asegura que el gestor del décimo deberá estar en condiciones de acreditar ante la Administración Tributaria que el premio ha sido repartido a los titulares de participaciones para que cuando se divida el premio no se considere como una donación y se grave con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. La Asociación de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (Asefiget) aconseja que los décimos premiados se cobren a través de las entidades bancarias y que en el propio banco se identifique con nombre, apellidos y DNI a cada una de las personas con quienes se ha compartido el décimo afortunado.
Asefiget insiste en que el peligro de no dar los datos identificativos de la lista de premiados en el banco es que no lleguen adecuadamente a la Agencia Tributaria. En ese caso, el comprador del décimo lo cobrará en el banco (con la retención igualmente aplicada de antemano), pero a la hora de repartirlo entre las personas con las que compartía dicho décimo, la entrega se podría considerar una donación y, por tanto, gravarse con el Impuesto de Donaciones.
¿Qué pasa si tributas en otro país?
Además, la Agencia Tributaria explica que los contribuyentes no residentes sin establecimiento permanente que resulten agraciados y hayan soportado la retención en el momento del abono del premio, podrán solicitar la devolución que pudiera corresponderles por aplicación de un convenio para evitar la doble imposición internacional.
¿Cuánto dinero reparte la Lotería de Navidad?
Este año el sorteo de la Lotería de Navidad repartirá 2.310 millones de euros entre los agraciados (70 más que en 2015), con un primer premio de cuatro millones por billete agraciado (diez décimos).
En total se han puesto a la venta 165 millones de décimos, cinco millones más que el año anterior, por lo que la emisión del sorteo ascenderá a 3.300 millones de euros, de los que 2.310 millones -el 70 %- se distribuirán en premios.
El 30% restante del máximo recaudado se destinará a los gastos de gestión, la administración y el Tesoro Público.
El primer premio, conocido como "el Gordo", repartirá 660 millones de euros (cuatro millones por serie); el segundo, 206,25 millones (1,25 millones por serie) y el tercero 82,50 millones de euros (500.000 euros por serie).
En 2015 la facturación del sorteo aumentó un 4,54% (ascendió a 2.583 millones) y el año anterior un 4,%, con lo que en los dos últimos años ha subido entorno a un 9%.
Este aumento de la demanda es el que ha hecho que se incremente para este año la emisión de billetes hasta las 165 series.


viernes, 9 de diciembre de 2016

LEGUMBRES Y HORTALIZAS AUTÓCTONAS DE TERUEL.-

Teruel tiene más de un centenar de legumbres y hortalizas autóctonas que apenas se cultivan.
 Los garbanzos de Luco del Jiloca no tienen nada que ver con los de Cucalón, al igual que las lentejas, que cambian mucho de San Martín del Río a Piedrahita, en Loscos. También en lo que respecta a las judías hay cambios entre la del Mas de Ruiz, en Berge, la de manteca amarilla, en Pitarque, o la garrafal, de Torrevelilla. En la provincia de Teruel se han documentado hasta la fecha 99 variedades de hortalizas y legumbres autóctonas. Se trata de especies comunes pero que se han adaptado al territorio y en algunas ocasiones sobre todo en los lugares de altitud y clima extremos- son las únicas que es posible cultivar.

El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita) cuenta con una base de datos de semillas muy amplia. Solo en lo que se refiere a judías hay más de 300 entradas para todo Aragón, según apunta el cocinero oscense Ismael Ferrer, que colabora de forma voluntaria con el Cita en la recuperación de este patrimonio.
Ferrer indica que Aragón ocupa uno de los primeros puestos en cuanto a variedades autóctonas de España, pero matiza que Huesca duplica en número a Teruel: "No es porque hubiera más, sino porque cuando se hizo la gran prospección entre los años 80 y 90 hilaron más fino", dice el cocinero.

Proteínas antes del cerdo
La judía es el producto del que más variedades se han localizado en la provincia de Teruel. El motivo está claro, según explica Víctor Vidal, que es agricultor ecológico en La Portellada, y es que eran más productivas que otras legumbres como los garbanzos -de un kilo de simiente se obtienen diez kilos de garbanzos frente a los 30 que produce un kilo de judías, especifica. Las legumbres eran básicas en la alimentación de hace tres o cuatro décadas puesto que eran la única forma de acceso a las proteínas que la carne no era tan abundante. Por eso se cultivaban en todos los pueblos y trabajaban con aquellas que más garantías les daban de obtener producción.
Las variedades responden a que un mismo producto se comporta de forma diferente en función de las condiciones climáticas y de suelo, "por eso hay tantas", matiza Vidal. "Hemos acostumbrado a la patata a la tierra de Valmuel, pero también tiene que crecer en Gúdar y ambas variedades no tienen nada que ver", dice Vidal. En todos los sitios las patatas, las judías o las lechugas se cultivaban para el autoabastecimiento, pero los diferentes ambientes hacían que una misma especie derivara en múltiples variedades. "En cuatro o cinco años la especie ya se aclimata", argumenta Víctor Vidal, quien añade que lo habitual es que los agricultores trabajaran con sus propias semillas y fueran seleccionando aquellas que mejor iban a su propio ambiente.
Por otra parte, las zonas de huerta son bastante limitadas y había que rotar los cultivos, lo que favorecía que cada agricultor manejara cuatro o cinco variedades.

Los productores que actualmente están trabajando con estas semillas autóctonas están en contacto entre ellos, pero reconocen que hay muchas variedades que aún están por descubrir y otras que, lamentablemente, se han perdido para siempre. Víctor Vidal matiza que no hace demasiado tiempo descubrió una col de 15 kilos en Peñarroya de Tastavins. Se trata de un producto que prácticamente estaba extinguido porque comercialmente no la compra nadie, pero él encontró a un hombre que la seguía plantando en su huerto porque le gusta el sabor.
Ese es el problema de buena parte de estos productos autóctonos, que o bien por tamaño o por nivel productivo no tienen rentabilidad comercial. Uno de los ejemplos son las calabazas naranjas de gran tamaño, que ahora vuelven a cultivarse porque los intentos por producir formatos más pequeños y comerciales resultaron fallidos ya que la carne salía dura.
El trabajo de recuperación es ingente porque en cualquier rincón te puedes encontrar grandes sorpresas, como los garbanzos que siembran cada año unos hermanos de Cucalón y que, posiblemente, morirán con ellos.
Pero además, es habitual que una misma variedad tenga nombres diferentes según el lugar en el que se cultiva o que un mismo nombre corresponda, en dos zonas, a distinta variedad de una misma legumbre u hortaliza.
Entre las hortalizas que más dificultad hay para su recuperación está la zanahoria morada de Pitarque, una variedad autóctona que era común antes de que irrumpieran las de color naranja en España. Rosa y Jacobo Pitarch han intentado en Alcorisa su recuperación, pero de momento no lo han conseguido porque las semillas de las que partían no eran de calidad.

Siembra anual
Las zanahorias son plantas que necesitan dos años para llegar a semilla y por eso es más fácil que desaparezcan ya que al agricultor le resulta más fácil comprar la semilla que mantener la planta dos años, reconoce Víctor Vidal, quien añade que la zanahoria no es el único producto en esta situación ya que por ejemplo de los ajos o las patatas no hay semillas porque la forma de siembra es a partir de los dientes o los trozos, respectivamente.
Algunas hortalizas se cultivaban para el consumo animal como su propio nombre indica. En varios puntos de Teruel había calabazas gorrineras o incluso coles choteras, de las que las personas solo se comían el cogollo y el resto servía para engordar a cerdos y cabras.
La economía de subsistencia del medio rural hacía que un mismo agricultor plantara diversas variedades de una misma hortaliza con el fin de consumirla a lo largo de todo el año. Por ejemplo en La Portellada había cebolla blanca y roja, que se conservaban durante mucho tiempo en seco; la dulce, que era ideal para ensalada pero no se guardaba demasiado bien, y la de Tot l'any, que es de multiplicación radicular y está viva durante todo el año, según explica Ismael Ferrer, quien añade que se usaba sobre todo como condimento.
De todas formas, aunque el sabor de algunas de las variedades autóctonas supera con creces el de las comerciales, también hay otras que apenas tienen valor culinario, pero se cultivaban porque eran las únicas capaces de adaptarse a las condiciones del terreno.

viernes, 2 de diciembre de 2016

CÓMO DETECTAR TRASTORNOS ALIMENTICIOS EN LOS HIJOS.-

Qué hacer si descubro que mi hijo tiene un trastorno de alimentación

 Una persona con un trastorno de alimentación no está necesariamente delgada. Las anoréxicas no son jóvenes superficiales preocupadas solo por su cuerpo, sino que tienen un mundo interior complejo que les es difícil gestionar. Aumentar la autoestima de tu hija no consiste en decirle lo guapa que está. Los estereotipos que persisten en torno a los trastornos de la conducta alimentaria son tantos, que cuando la anorexia o la bulimia entran en una casa, a las pacientes y a sus padres les cuesta identificarlas.
"Un trastorno alimentario es un problema psicológico, emocional, que tiene la persona consigo misma y con el entorno. Esto se manifiesta en una obsesión con la comida y con la figura.
Se distinguen cuatro tipos detrastornos alimentarios: la anorexia nerviosa, la bulimia, Trastornos alimentarios no especificados (TCANEs) y el trastorno por atracón. Mientras en la primera se restringe la comida y en la segunda las comilonas se combinan con purgas (vómitos), en la cuarta aparecen episodios de ingesta compulsiva, en la que los pacientes comen, incluso, a escondidas por la noche. Los TCANEs son los más frecuentes y también los más difíciles de detectar en algunas ocasiones, porque son aquellos pacientes que solo presentan algunos síntomas (como la obsesión por la comida sana, en lugar de las restricciones).

Todos estos trastornos tienen algo en común: provocan angustia en el paciente, que vuelca sus problemas emocionales en su relación con la comida. Aparecen los sentimientos de culpa y dejan de hacer vida normal, como acudir a actos sociales donde hay alimentos. "Las personas con anorexia sienten que retoman el control cuando son capaces de comer poco, sienten cierto alivio. Los que tienen trastorno de atracón experimentan una sensación de 'evasión o desahogo', es como anular los sentimientos. Esto tiene que ver con un mal manejo emocional, tienen dificultad en manejar una emoción, aceptarla y controlarla y un atracón les ayuda a controlar eso.
 Cuando ocurre algún trastorno de este tipo, los que conviven con el potencial paciente están tan perdidos como el propio enfermo. "Lo primero que hay que hacer antes de nada es ponerse en contacto con un experto, que valorará la situación y guiará a los familiares.
Si lo detectamos cuando la persona tiene un desmayo tras jornadas de comer poco, hay que actuar de manera urgente. Si tenemos la sospecha de que esto está ocurriendo, se recomendaría a los padres sentarse a hablar con la persona y manifestarle su preocupación. No deben hacer los familiares  el diagnóstico y le digan "creemos que tienes anorexia". En la medida de lo posible, se sugiere acudir a los especialistas. Los psicólogos, los psiquiatras y lo endocrinos suelen ser los profesionales que intervienen en este tratamiento, aunque en el futuro pueden sumarse otros especialistas como los cardiólogos dependiendo de cómo evolucione la enfermedad y sus efectos.

Los familiares
Que los jóvenes dejen de quedar con sus amigos cuando el plan es, por ejemplo, cenar en una pizzería, que eviten las cenas en familia o que su actitud cambie y se vuelva más arisca son algunas de las pistas que tienen que ponen en alerta a los padres sobre los trastornos de la alimentación. Ante una situación así, los familiares se encuentran perdidos y, además, desarrollan un sentimiento de culpa: "Yo les recomiendo que vayan a terapia ellos también. Hay veces que la comunicación con el adolescente está muy deteriorada. Hay veces que están bloqueados porque no saben controlar la ansiedad y la depresión que les produce todo eso y, por tanto, no pueden comunicarse de forma adecuada con sus hijos".
Hay tres actitudes en las que se sitúan los padres que necesitan ayuda: los que prefieren ignorar lo que ocurre y piensan que es "solo una moda", los que se vuelven excesivamente controladores y los que, por miedo a provocar que su hijo recaiga o desobedezca las pautas, prefieren no trazas límites a su hijo. Las tres son contraproducentes. La primera retrasa el diagnóstico, la segunda puede inyectar más ansiedad al ya de por sí complejo proceso y la tercera añade descontrol. Lo mejor es pedir ayuda e ir acompañando al paciente en cada etapa del proceso.
"Siempre hay que seguir las pautas de los profesionales. Por ejemplo, no se puede cambiar la dieta que el endocrino le ha puesto al paciente porque sea mucha cantidad y piense que el paciente no va a comer tanto. Lo mejor es hablarlo con el profesional si se tienen dudas, pero nunca desautorizarlo. También son frecuentes los errores como pesar al paciente en casa para ver su evolución (ver su peso podría alterarles) o hacer comentarios como "¡qué bien, por fin ha ganado peso!", que podría caer como "un jarro de agua fría" ante pacientes con anorexia..

Un tabú
Aunque en los últimos años se hayan multiplicado las campañas en pro de la belleza real o se exija un peso mínimo en desfilar en pasarelas, Debemos  insistir en que los trastornos no están frenando su aparición. De hecho, cree que hay ideas que aún persisten en la sociedad y que continúan siendo dañinas: "Se relaciona la delgadez con el éxito profesional y sentimental". Del mismo modo, en algunas ocasiones los padres (y los abuelos) relacionan comer mucho con un buen estado de ánimo y salud, por lo que el trastorno de atracones tarda mucho en ser percibido como preocupante.
Muchos de los pacientes han hablado de cierto tabú en torno a estos trastornos. Algunos enfermos y familiares prefieren no decir abiertamente lo que les sucede. Lo que se achaca a que pervive el estereotipo de que una persona con trastornos es alguien superficial y obsesionado con su cuerpo. De hecho, se alude a estos pacientes no como enfermos, sino como "poseídos por la enfermedad": "Son concienzudos en todo lo que hacen, menos en su trastorno".
Para ayudar a favorecer una autoestima alta que salve a estos pacientes de caer en estos trastornos, la experta recomienda que los padres enseñen desde pequeños a sus hijos a identificar sus emociones y a hablar de ellas: "La educación emocional es fundamental. Cuando detectemos un posible caso en nuestro entorno, hay que decirle 'no queremos obligarte a comer, sino aliviar el sufrimiento".


martes, 8 de noviembre de 2016

CÓMO SE DEBE CIRCULAR POR LAS ROTONDAS



1.          Cuestión de prioridades
Puede parecer muy obvio, pero para no entorpecer el tráfico lo primero que debemos recordar es que la prioridad en la rotonda es de quien ya está dentro, por lo que tendremos que ser pacientes y esperar hasta el momento indicado para incorporarnos. Es importante echar también un vistazo a los demás conductores que esperan para incorporarse, ya que la mitad de accidentes se producen por colisión trasera cuando estamos parados esperando para acceder a la rotonda.

2.          En las incorporaciones…
Nuestra dirección determinará la mejor opción para incorporarnos a una rotonda y, aunque no hay una regla estricta, existen diferentes recomendaciones. Por ejemplo, cuando vayamos a coger la salida de la derecha o seguir recto en la glorieta, sería mejor que entrásemos por el carril externo. Por el contrario, si vamos a girar a la izquierda o a cambiar de sentido, tendríamos que entrar utilizando el interno.


 3Al salir, siempre por el carril derecho

Una regla sencilla y esencial que a veces olvidamos es la de que al abandonar una rotonda deberemos hacerlo siempre desde el derecho. Esto no significa que todas las veces tengamos que incorporarnos por este carril, como acabamos de explicar, pero sí que debemos cambiarnos al carril derecho con la suficiente antelación antes de nuestra salida.

  4 No olvides los intermitentes
Eso sí, tampoco debemos olvidar la importancia de avisar al resto de conductores de nuestras maniobras señalizándolas siempre con los intermitentes. Así, evitaremos confundir a los demás coches y la conducción de todos será mucho más segura.



lunes, 24 de octubre de 2016

NUEVAS TÉCNICAS DE VENTA: VINTAGE.-


¿Tienes 40 años y estás a la espera de que llegue noviembre cuando comercialicen la nueva Nintendo, la videoconsola con la que jugabas al Súper Mario?¿Tu memoria regresó a la legendaria E.T., el extraterrestre, cuando los protagonistas se subieron a sus bicicletas? Si oyes la famosa canción del cola-cao, ¿Te acuerdas de tu infancia?

Si todo esto te pasó y has sonreído al leerlo, tú también caíste en los tentáculos de la nostalgia, un arma prácticamente infalible de la que empresas y marcas conocen el potencial y saben explotar muy bien. La usan para que compres.

La sensación de nostalgia puede activarse de muchas maneras. Funciona tanto en el desarrollo de nuevos productos que beben del pasado, como a través del rescate y revisión de artículos de antaño que tuvieron éxito o campañas publicitarias que explotan recursos sonoros y visuales icónicos. Pero no todo vale para ser rescatado. Para que un objeto, un logotipo, un estilo o una canción sean capaces de tocar las fibras más sensibles del consumidor es necesario que su uso haya trascendido y sean capaces de generar un valor añadido. “Lo retro es como los vinos: debe tener un poso”, compara.

Los consumidores están dispuestos a gastar más cuando se sienten nostálgicos. La gente es más propensa a pagar por productos y servicios capaces de recrear los sentimientos de seguridad y tranquilidad con los que se identifican en épocas pasadas, y este efecto se amplifica sobre todo en las fases de incertidumbre política y económica.
En el sector del gran consumo empezó a “volver al pasado” . “Por ejemplo, Danone lanzó el formato de medio kilo y lo presentó como el Danone de siempre; lo planteó como una vuelta al origen, otra de las tendencias que ahora está en boga.


 El rápido desarrollo tecnológico, los cambios en la manera de relacionarse y las nuevas lógicas que mueven una realidad cada vez más interconectada han movido las cartas sobre la mesa. “Vivimos en un mundo donde todo es novedad, lo que causa desconcierto y a la vez parece que siempre nos están engañando.También por eso, el pasado gusta; porque transmite confianza. 
Lo retro, lo “vintage” vende y nosotros lo compramos!!!!!!!



miércoles, 12 de octubre de 2016

EL RARO ESPAÑOL DE LOS MAÑOS,






MINI GUÍA PARA ENTENDER EL RARO
 ESPAÑOL DE LOS MAÑOS,

1. Los aragoneses no son amables ni simpáticos.
Son majicos.

2. Aunque nunca saludan.
Dicen “¡Qué pasa, co!”

3. Y si se enfadan contigo no te mandan a la mierda.
Te mandan a escaparrar.

4. En Aragón, la lluvia no te moja.
Te chipia.

5. Y no hay un viento helador insoportable.
Hay cierzo.

6. También hay un río que a veces se desborda,
 pero no arrasa con nada.Solamente arrambla con todo.

7. En Aragón, los refrescos no pierden el gas s
i dejas el tapón abierto. Se esbafan si dejas el tape
sin poner.

8. Y el pan no se parte en pedazos.Se parte en cachos.

                        


9. En Aragón, no hay personas golosas que se
 llenan cuando comen mucho. Hay lamineros que
 se empapuzan si se exceden con la comida.

10. Y aún así, los aragoneses no eructan.
Se echan regoldos.

11. Y nunca tienen diarrea.
Tienen cagalera.

12. Si ensucian la cocina, no la barren para
 dejarla limpia. La escoban para dejarla escoscada.

13. Los enchufes de Aragón no dan calambre.
Dan garrampa.

14. El aragonés no se sorprende.
Dice “jodo”.

15. En Aragón no hay niños.
Hay zagales o pedugos.

16. Y a éstos no les gustan los toboganes.
Les gusta tirarse por los esbarizaculos…

            


17. … pero no se hacen heridas si se caen.
Se hacen cuqueras cuando se estozolan.

18. Si algo ha sido por tu culpa, no te persiguen.
Te encorren.

19. Los abuelos aragoneses no usan bastón.
Usan la gayata.

20. Y las parejas no quedan para salir.
Quedan para festejar.

21. En Aragón no se venera a la Virgen del Pilar.
Se venera a “La Pilarica”.

22. Los aragoneses no tienen valor.
Tienen pitera.

23. Y nunca mueren.
La espichan.

24. Los aragoneses no se niegan a hacer las
 cosas que no quieren. Lo hacen por cojones.

                


25. Los aragoneses no esperan. Aguardan.

26. Y si tardas mucho no te meten prisa.
Te dicen: “Ala, maño”.

27. Y aún así, no tienes que ir rápido.
Tienes que ir escopeteado.

28. Los aragoneses no van a un sitio porque
 sí. Van de propio.

29. Pero nunca toman atajos. Alcorzan.

30. En Aragón las cosas no se tiran. Se aventan.

31. Y a la gente no se le empuja.
Se le da un empentón.

32. En Aragón, no hay nadie soso ni seco.
Hay personas desustanciadas y jascas.

33. Tampoco hay gente tonta.
Hay zotes y ababoles.

34. No existen los malos trabajadores.
Hay záforas y zaborreros.

35. En Aragón, no hay sólo aragoneses.
También hay maños, mañas, mañicos
y mañicas.

jueves, 15 de septiembre de 2016

SAINETE DEL BURRO POLÍTICO.-

              
  
Unos versos de Muñoz Seca que cobran total actualidad.

Sainete del burro político.

Tengo un borrico canelo
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaó
Rebuzna como si fuera
diputao ministerial
y se come hasta el pesebre
como cualquier concejal.
Yo quisiera que a mi burro
lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros
a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos
no lo voy a conocer.

                                          ¡Y estos versos tienen más de cien años!

                                       LA HISTORIA  SE REPITE.

                        

miércoles, 7 de septiembre de 2016

LO QUE COSTABAN LAS COSAS ANTES DEL EURO.-

Se van a cumplir 16 años desde que entró el euro y los que recordamos el periodo anterior nos sentimos con derecho a quejarnos como en su momento les pasaba a nuestros abuelos Ellos nos contaban que iban al cine y a tomarse algo con 3 pesetas. Parecía imposible, y sin embargo la subida que se produjo a causa del euro fue mucho más rápida y dramática. Ahora nos damos cuenta de que los helados que parecían tan caros en la piscina nos resultarían tirados de precio. 

De un día para otro, muchas cosas cotidianas que costaban 100 pesetas (0,60 €) pasaron a valer un euro, una subida del 66 por ciento en bienes de consumo habitual. Pan,agua embotellada, tabaco... Salir a la calle parecía un robo, y tras todo este tiempo los ingresos de las familias no han cambiado tanto.

A finales de los ochenta, los 'polos' de naranja o limón costaban 15 pesetas, menos de 10 céntimos
Otros productos han mantenido o incluso bajado su precio. Entre la comida que ahora podemos permitirnos con más holgura que hace unas décadas están las carnes y los lácteos. La tecnología es mucho más barata en general, aunque por otro lado hay más aparatos que consideramos imprescindibles. Un alumno en el colegio sin ordenador tendrá problemas para seguir el ritmo de la clase, y si nos dejamos el móvil en casa nos sentimos casi desnudos. Además, nos vemos obligados a cambiar de teléfono a menudo, nada que ver con los primeros modelos que se comercializaron, muchos de los cuales aún funcionan. Lo mismo ocurre con las lavadoras o las televisiones, por obra y gracia del 'low cost'.
                                             
La ropa es también más económica, poniendo las cosas más fáciles a quienes tienen niños pequeños, que cambian de talla cada año. La calidad de la media de las prendas que compramos es otra historia, y la deslocalización de la producción crea probablemente más pobreza el tercer mundo de la que soluciona en el primero. A cambio de eso, ahora llegamos a pagar menos de dos euros por camisetas nuevas, unas 300 pesetas. Hechas salvedades como estas, hay muchas cosas que están objetivamente por las nubes... si las comparamos con los precios que vamos a ver.
Una nueva aplicación online para Reino Unido llamada Back in my days' ('En mis tiempos') ha reunido multitud de precios para que los usuarios puedan recordar lo que costaban ciertas cosas cuando ellos eran jóvenes. Eligiendo la zona del país y el año (desde 1917) aparece el sueldo medio, el precio de una vivienda, del coche, la gasolina, la cesta de la compra... Nosotros, entre la alarma y la nostalgia, hemos hecho una pequeña encuesta y hemos buceado un poco aquí y allá.
Aquí tienes el coste de algunas cosas significativas en 'nuestros tiempos', finales de los setenta, los ochenta y principios de los noventa.

Precios refrescantes
Refrescos de a peseta. A principios de los ochenta había unos sobres de bicarbonato con sabores que costaban eso, una peseta (0,006 €, ojo a los dos ceros). Otros lo llamaban "gaseosa de papelillo". La marca más famosa era El Tigre, que aún existe con una caja similar. 
Helados. Un Frigopie valía 40 pesetas (0,24 €) a finales de la década. En cuanto al Frigo dedo...
La cosa cambia. (fasebonus.net)
                        
Polos de naranja o limón. Eran helados de hielo sencillos, el bloque y el palito, y en el año 1985 u 86 costaban 15 pesetas, menos de 10 céntimos.
Pack de tres latas de atún. 179 pts. (1,076 €)
Pasta de dientes Colgate: 100 pts. (0,60 €)
Videojuegos. Cuando comenzaron, en la época de los Spectrum, un solo juego se valoraba hasta en 4.000 o 5.000 pts. (de 24 a 30 euros aproximadamente; el sueldo medio eran 30.000 pesetas).
Copas. A finales de los setenta, nos cuentan que se estabilizó durante un buen tiempo este precio: 50 pts. una birra (0,30 €), 100 pesetas los 'cubatas' (0,60 €), que por entonces aún se nombraban con la palabra completa, "cubalibres". Se usaba la misma expresión aunque fueran de ginebra en lugar de ron.
Cine. Un amigo consultado recuerda ir al cine a principios de los setenta y pagar 25 pesetas por una sesión doble dominical. Unos 40 céntimos de hoy. Aun con la subida de sueldos, no es de extrañar que ahora vaya menos gente al cine. A principios de los 90 eran ya 300 pesetas  en los cines de La Vaguada (1,80 €) en Madrid. Muy lejos de los precios actuales, en algunos cines y sesiones más de 9 euros.
                          
CD's 'originales'. La cultura en general nos cuesta menos desde internet, y demasiadas veces directamente dejamos de pagarla a sus legítimos autores y productores. Con todo, los precios de los CD's se resisten a bajar como el resto de artículos tecnológicos. Valían lo mismo que ahora (según la conversión a la entrada del euro), unas 3.000 pesetas (hoy las novedades están por los 18 o 19 euros). Los programas informáticos son ahora mucho más caros (un original llegó a bajar hasta las 900 pesetas para combatir la 'piratería'), pero la mayoría de las veces usamos copias gratuitas. 
Sobres de soldaditos. Un juego que ya se percibía barato en su momento y que daba para horas de diversión. En los setenta eran aún más baratos, pero en los ochenta los había desmontables por solo 25 pesetas (0,15 €). Que fueran sorpresa era aún mejor, y por esa inversión merecía la pena.
Abril de 1984.
                        
Gasolina. Una subida en el año 81 hizo llevarse las manos a la cabeza a los conductores. Uno de ellos nos cuenta: "Ese año estrené mi primera Vespa y llegamos al escandalosísimo precio de 80 pts. (0,50 €). ¡España se hundía!". Normal que tuvieran esa sensación, el litro de gasolina en la era del 'Seat 127' valía solo 20 pesetas, 12 céntimos de hoy. Además, se aparcaba en la calle sin pagar. Porque éramos menos, pero también porque tener coche no estaba al alcance de todos.
Recreativas. Los que tengan treinta y tantos recordarán jugar a las Tortugas Ninja o al 'Street Fighter' por 25 pesetas (0,15 €). Un amigo algo más joven recuerda que "echaba cinco duros y jugaba al futbolín, al 'Metal Slug' o al 'Cadillacs & Dinosaurs'. El billar era pizca más caro, 50 pesetas la partida" (0,30 €). Tras el euro, todo cambió. "El futbolín pasó a costar un eurazo, con mucha suerte 50 céntimos".
                        
Viaje de autobús. Otra colaboradora recuerda perfectamente que hacia el año '88 el viaje suelto valía 65 "pelas" (0,39 €) y el bonobús (diez viajes, y si no sabías esto eres demasiado joven para caernos bien) eran solamente 315 pesetas, menos de dos euros.
Tabaco. Esto nos cuentan del precio de este vicio tan de todos los días: "Cuando empecé a fumar, Fortuna, en el 94, valía 220 pelas" (1,32 €).
Café molido. El café Marcilla mezcla valía 139 pesetas (0,8 euros) en el supermercado Simago (o, como lo llamaban los chavales en Vallecas por lo fácil que era 'distraer' cosillas, el 'Simango'). Hoy, ni por diez veces eso te servirán una tacita. Si nos equivocamos en esto, por favor, direcciones de bares en los comentarios.