Digan lo que digan las matemáticas, a veces en una suma de
componentes el resultado final no tiene nada que ver con los elementos
iniciales. Como muestra, varios ejemplos: "Hay ropa tendida",
"estar a dos velas" o "ponerse las botas". Son expresiones
en español que tienen en común que su significado no es la suma de los
significados de las palabras que la componen. Eso y ser un caos para
traductores, estudiantes de Erasmus y extranjeros en general.
“Su significado tiene sobre todo
contenido cultural y social. Está intrínsecamente unido a la idiosincrasia
local”, explica la lexicógrafa de la Fundéu Celia Villar. Y
pone de ejemplo el archiconocido "timo de la estampita" que la RAE
reconoce como expresión coloquial, sinónimo de timo. “Un alemán, por ejemplo,
no lo entiende, pero no por el significado de la expresión en sí, sino porque
el concepto de timo no es tan habitual como para haber tenido la necesidad de
crear una expresión que lo defina”, asegura Villar.
Son construcciones que existen en casi
todos los idiomas. Cuando para los españoles caen "chuzos de punta"
para los ingleses ‘rain cats and dogs’ (literalmente "llueven gatos y
perros"); y mientras los españoles tenemos "resaca", los
alemanes "einen kater haben" (exactamente "tienen un
gato"). Ante estas cómicas traducciones se encontraron Ignacio Ochoa y
Federico López Socasau que decidieron enfrentarse a estos giros lingüísticos
con un poco de humor. Escribieron From lost to
the river,haciendo el juego con la expresión "de perdidos al río", en el
que interpretan al inglés de modo literal esos modismos que realmente son
intraducibles. Así "dorar la píldora" se convertía en "to plat
the pill" o "tontolaba" como "sillybean". Este
pseudolenguaje ha dado para dos libros más –Like fish in
the water (Como pez en el agua) y Like fish in the water (Reloaded)- y es para Ochoa la “fórmula redonda
para que los que nunca aprendieron ni aprenderán inglés tengan en su mano la
más sutil de las venganzas”.
Estos giros son particularmente abundantes en español; no en vano, los
alemanes usan "das kommt mir Spanisch vor" (me suena a español) en
vez de nuestro "me suena a chino". Así pues, hemos recopilado algunas
de esas expresiones a fin de facilitar, solo un poco, el conocimiento de la
lengua de Cervantes a los sufridos extranjeros.
Dorar la píldora
Antes de que la mayoría de las píldoras tuvieran el recubrimiento insípido
con el que cuentan hoy en día, los farmacéuticos las doraban con sustancias
dulces que dejaban una costra exterior mucho más apetecible. De ahí su
significado de adornar o edulcorar una situación.
La ocasión la pintan calva
Las oportunidades nada tienen que ver con la cabellera, pero lo cierto es
que Fidias, el escultor griego, representó calva a la diosa Ocasión, aunque
solo en la zona de la nuca. Era una forma de expresar que si se aprovechaba el
momento -de frente- se la podía coger de los cabellos pero una vez pasada ya no
era posible.
Ponerse las botas
Se refiere normalmente a comer copiosamente o a realizar alguna cosa de una
manera opulenta. Su origen tiene que ver directamente con el calzado ya que las
botas, normalmente hechas de piel, solo estaban al alcance de las clases más
ricas, así que su posesión se ha relacionado con la abundancia.
Hay ropa tendida
Aparte de una situación habitual y eterna en todo piso de estudiantes que
se precie, la referencia a la ropa tendida se hace cuando puede haber alguien
que no debería escuchar una conversación. Era una expresión habitual en las
prisiones para avisar de la presencia de carceleros.
A palo seco
Aunque esta locución se usa normalmente en el ámbito culinario cuando algo
viene sin acompañamiento ni artificios, su origen se encuentra en el terreno
naval. Así se llamaba a navegar con las velas recogidas en medio de un temporal
de viento.
Otro gallo cantaría
Expresión habitual de toda madre o abuela que se precie destinada a hacer
ver que las cosas podrían ser de otra forma, tener otras consecuencias. Suele
iniciarse con un condicional, aquello que tu bendita progenitora cree que
deberías haber hecho. Y su origen se encuentra en la mayor fabrica de
instrucciones vitales: la religión. Si Pedro no hubiera negado a Jesucristo
tres veces, otro gallo cantaría.
Meterse en camisa de once varas
O en un marrón. O en un berenjenal. Viene a significar meterse en problemas
que, normalmente, no nos incumben. Como bien dicho español lo de las once varas
es una exageración aunque en el fundamento del modismo la camisa existía. Se
usaba en la Edad Media como rito a la hora de adoptar un niño. El padre metía
al niño por la manga de una camisa grande y lo sacaba por el cuello. Al besarlo
justo después dejaba claro que aceptaba la paternidad.
Salvarse por los pelos
Aunque no lo parezca, esta expresión sí tiene un significado literal que se
ha perdido con el tiempo. En la actualidad, se refiere a salvarse por poco. Sin
embargo, los marineros que no sabían nadar se la tomaban al pie de la letra ya
que su cabellera podía servir de asidero si caían al agua.
Estar en Babia
Sí, Babia existe: es una comarca y está en León. Allí era donde
los reyes de León tenían una residencia estival y donde pasaban largas
temporadas para relajarse y olvidar sus regios problemas. De ahí se quedó el
estar en Babia como encontrarse absorto.
El quinto pino
Lo cierto es que el quinto pino también existe, o a menos existía en lo que
hoy es el madrileño Paseo de Recoletos. Y, como se presupone, había cinco. El
primero era el que se encontraba más cerca y el quinto, como habrán supuesto
sagazmente, era el más alejado. Así que quedar en el quinto pinto era quedar
lejísimo, incluso para un madrileño.
No hay tu tía
No es que en español haya un vínculo secreto entre esta relación de
parentesco y la falta de oportunidades. Es más un caso de deformación del
lenguaje. La expresión original era “no hay atutía”, un ungüento medicinal
hecho con óxido de zinc que con el tiempo llegó a conocerse como sinónimo de
remedio para todo.
Hacer la pelota
Una práctica tan española que podría considerarse como deporte patrio,
aunque no tenga que ver con ningún balón ni elemento esférico. Se trata de
adular a alguien buscando el beneficio propio y es una locución importada de
nuestros vecinos galos para los que una pelota es una prostituta. El chulo
tiraba de elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que,
traducido en este contexto, sería halagarles y camelarles para que volvieran a
requerir sus servicios.
Montar un pollo
No se trata de cabalgar sobre el ave más
numerosa del planeta y, aunque la RAE lo admite oficialmente con
‘ll’, su origen tiene más que ver con el “poyo”, el banco de piedra que se
encuentra en el exterior de muchas casas. Esta palabra a su vez deriva del
latín ‘podium’, el podio en el que se subían los oradores en las plazas para
dar discursos y que podían causar verdaderos escándalos.
Sanseacabó
No hay un criterio único sobre el origen de este santo dado a finiquitar
cosas; la más obvia es la que atribuye la expresión precisamente a un
imaginario beato San se acabó que se usaría coloquialmente para dar por
terminada una acción. O lo que es lo mismo, y en términos más gastronómicos que
eclesiásticos, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.