viernes, 2 de diciembre de 2016

CÓMO DETECTAR TRASTORNOS ALIMENTICIOS EN LOS HIJOS.-

Qué hacer si descubro que mi hijo tiene un trastorno de alimentación

 Una persona con un trastorno de alimentación no está necesariamente delgada. Las anoréxicas no son jóvenes superficiales preocupadas solo por su cuerpo, sino que tienen un mundo interior complejo que les es difícil gestionar. Aumentar la autoestima de tu hija no consiste en decirle lo guapa que está. Los estereotipos que persisten en torno a los trastornos de la conducta alimentaria son tantos, que cuando la anorexia o la bulimia entran en una casa, a las pacientes y a sus padres les cuesta identificarlas.
"Un trastorno alimentario es un problema psicológico, emocional, que tiene la persona consigo misma y con el entorno. Esto se manifiesta en una obsesión con la comida y con la figura.
Se distinguen cuatro tipos detrastornos alimentarios: la anorexia nerviosa, la bulimia, Trastornos alimentarios no especificados (TCANEs) y el trastorno por atracón. Mientras en la primera se restringe la comida y en la segunda las comilonas se combinan con purgas (vómitos), en la cuarta aparecen episodios de ingesta compulsiva, en la que los pacientes comen, incluso, a escondidas por la noche. Los TCANEs son los más frecuentes y también los más difíciles de detectar en algunas ocasiones, porque son aquellos pacientes que solo presentan algunos síntomas (como la obsesión por la comida sana, en lugar de las restricciones).

Todos estos trastornos tienen algo en común: provocan angustia en el paciente, que vuelca sus problemas emocionales en su relación con la comida. Aparecen los sentimientos de culpa y dejan de hacer vida normal, como acudir a actos sociales donde hay alimentos. "Las personas con anorexia sienten que retoman el control cuando son capaces de comer poco, sienten cierto alivio. Los que tienen trastorno de atracón experimentan una sensación de 'evasión o desahogo', es como anular los sentimientos. Esto tiene que ver con un mal manejo emocional, tienen dificultad en manejar una emoción, aceptarla y controlarla y un atracón les ayuda a controlar eso.
 Cuando ocurre algún trastorno de este tipo, los que conviven con el potencial paciente están tan perdidos como el propio enfermo. "Lo primero que hay que hacer antes de nada es ponerse en contacto con un experto, que valorará la situación y guiará a los familiares.
Si lo detectamos cuando la persona tiene un desmayo tras jornadas de comer poco, hay que actuar de manera urgente. Si tenemos la sospecha de que esto está ocurriendo, se recomendaría a los padres sentarse a hablar con la persona y manifestarle su preocupación. No deben hacer los familiares  el diagnóstico y le digan "creemos que tienes anorexia". En la medida de lo posible, se sugiere acudir a los especialistas. Los psicólogos, los psiquiatras y lo endocrinos suelen ser los profesionales que intervienen en este tratamiento, aunque en el futuro pueden sumarse otros especialistas como los cardiólogos dependiendo de cómo evolucione la enfermedad y sus efectos.

Los familiares
Que los jóvenes dejen de quedar con sus amigos cuando el plan es, por ejemplo, cenar en una pizzería, que eviten las cenas en familia o que su actitud cambie y se vuelva más arisca son algunas de las pistas que tienen que ponen en alerta a los padres sobre los trastornos de la alimentación. Ante una situación así, los familiares se encuentran perdidos y, además, desarrollan un sentimiento de culpa: "Yo les recomiendo que vayan a terapia ellos también. Hay veces que la comunicación con el adolescente está muy deteriorada. Hay veces que están bloqueados porque no saben controlar la ansiedad y la depresión que les produce todo eso y, por tanto, no pueden comunicarse de forma adecuada con sus hijos".
Hay tres actitudes en las que se sitúan los padres que necesitan ayuda: los que prefieren ignorar lo que ocurre y piensan que es "solo una moda", los que se vuelven excesivamente controladores y los que, por miedo a provocar que su hijo recaiga o desobedezca las pautas, prefieren no trazas límites a su hijo. Las tres son contraproducentes. La primera retrasa el diagnóstico, la segunda puede inyectar más ansiedad al ya de por sí complejo proceso y la tercera añade descontrol. Lo mejor es pedir ayuda e ir acompañando al paciente en cada etapa del proceso.
"Siempre hay que seguir las pautas de los profesionales. Por ejemplo, no se puede cambiar la dieta que el endocrino le ha puesto al paciente porque sea mucha cantidad y piense que el paciente no va a comer tanto. Lo mejor es hablarlo con el profesional si se tienen dudas, pero nunca desautorizarlo. También son frecuentes los errores como pesar al paciente en casa para ver su evolución (ver su peso podría alterarles) o hacer comentarios como "¡qué bien, por fin ha ganado peso!", que podría caer como "un jarro de agua fría" ante pacientes con anorexia..

Un tabú
Aunque en los últimos años se hayan multiplicado las campañas en pro de la belleza real o se exija un peso mínimo en desfilar en pasarelas, Debemos  insistir en que los trastornos no están frenando su aparición. De hecho, cree que hay ideas que aún persisten en la sociedad y que continúan siendo dañinas: "Se relaciona la delgadez con el éxito profesional y sentimental". Del mismo modo, en algunas ocasiones los padres (y los abuelos) relacionan comer mucho con un buen estado de ánimo y salud, por lo que el trastorno de atracones tarda mucho en ser percibido como preocupante.
Muchos de los pacientes han hablado de cierto tabú en torno a estos trastornos. Algunos enfermos y familiares prefieren no decir abiertamente lo que les sucede. Lo que se achaca a que pervive el estereotipo de que una persona con trastornos es alguien superficial y obsesionado con su cuerpo. De hecho, se alude a estos pacientes no como enfermos, sino como "poseídos por la enfermedad": "Son concienzudos en todo lo que hacen, menos en su trastorno".
Para ayudar a favorecer una autoestima alta que salve a estos pacientes de caer en estos trastornos, la experta recomienda que los padres enseñen desde pequeños a sus hijos a identificar sus emociones y a hablar de ellas: "La educación emocional es fundamental. Cuando detectemos un posible caso en nuestro entorno, hay que decirle 'no queremos obligarte a comer, sino aliviar el sufrimiento".


martes, 8 de noviembre de 2016

CÓMO SE DEBE CIRCULAR POR LAS ROTONDAS



1.          Cuestión de prioridades
Puede parecer muy obvio, pero para no entorpecer el tráfico lo primero que debemos recordar es que la prioridad en la rotonda es de quien ya está dentro, por lo que tendremos que ser pacientes y esperar hasta el momento indicado para incorporarnos. Es importante echar también un vistazo a los demás conductores que esperan para incorporarse, ya que la mitad de accidentes se producen por colisión trasera cuando estamos parados esperando para acceder a la rotonda.

2.          En las incorporaciones…
Nuestra dirección determinará la mejor opción para incorporarnos a una rotonda y, aunque no hay una regla estricta, existen diferentes recomendaciones. Por ejemplo, cuando vayamos a coger la salida de la derecha o seguir recto en la glorieta, sería mejor que entrásemos por el carril externo. Por el contrario, si vamos a girar a la izquierda o a cambiar de sentido, tendríamos que entrar utilizando el interno.


 3Al salir, siempre por el carril derecho

Una regla sencilla y esencial que a veces olvidamos es la de que al abandonar una rotonda deberemos hacerlo siempre desde el derecho. Esto no significa que todas las veces tengamos que incorporarnos por este carril, como acabamos de explicar, pero sí que debemos cambiarnos al carril derecho con la suficiente antelación antes de nuestra salida.

  4 No olvides los intermitentes
Eso sí, tampoco debemos olvidar la importancia de avisar al resto de conductores de nuestras maniobras señalizándolas siempre con los intermitentes. Así, evitaremos confundir a los demás coches y la conducción de todos será mucho más segura.



lunes, 24 de octubre de 2016

NUEVAS TÉCNICAS DE VENTA: VINTAGE.-


¿Tienes 40 años y estás a la espera de que llegue noviembre cuando comercialicen la nueva Nintendo, la videoconsola con la que jugabas al Súper Mario?¿Tu memoria regresó a la legendaria E.T., el extraterrestre, cuando los protagonistas se subieron a sus bicicletas? Si oyes la famosa canción del cola-cao, ¿Te acuerdas de tu infancia?

Si todo esto te pasó y has sonreído al leerlo, tú también caíste en los tentáculos de la nostalgia, un arma prácticamente infalible de la que empresas y marcas conocen el potencial y saben explotar muy bien. La usan para que compres.

La sensación de nostalgia puede activarse de muchas maneras. Funciona tanto en el desarrollo de nuevos productos que beben del pasado, como a través del rescate y revisión de artículos de antaño que tuvieron éxito o campañas publicitarias que explotan recursos sonoros y visuales icónicos. Pero no todo vale para ser rescatado. Para que un objeto, un logotipo, un estilo o una canción sean capaces de tocar las fibras más sensibles del consumidor es necesario que su uso haya trascendido y sean capaces de generar un valor añadido. “Lo retro es como los vinos: debe tener un poso”, compara.

Los consumidores están dispuestos a gastar más cuando se sienten nostálgicos. La gente es más propensa a pagar por productos y servicios capaces de recrear los sentimientos de seguridad y tranquilidad con los que se identifican en épocas pasadas, y este efecto se amplifica sobre todo en las fases de incertidumbre política y económica.
En el sector del gran consumo empezó a “volver al pasado” . “Por ejemplo, Danone lanzó el formato de medio kilo y lo presentó como el Danone de siempre; lo planteó como una vuelta al origen, otra de las tendencias que ahora está en boga.


 El rápido desarrollo tecnológico, los cambios en la manera de relacionarse y las nuevas lógicas que mueven una realidad cada vez más interconectada han movido las cartas sobre la mesa. “Vivimos en un mundo donde todo es novedad, lo que causa desconcierto y a la vez parece que siempre nos están engañando.También por eso, el pasado gusta; porque transmite confianza. 
Lo retro, lo “vintage” vende y nosotros lo compramos!!!!!!!



miércoles, 12 de octubre de 2016

EL RARO ESPAÑOL DE LOS MAÑOS,






MINI GUÍA PARA ENTENDER EL RARO
 ESPAÑOL DE LOS MAÑOS,

1. Los aragoneses no son amables ni simpáticos.
Son majicos.

2. Aunque nunca saludan.
Dicen “¡Qué pasa, co!”

3. Y si se enfadan contigo no te mandan a la mierda.
Te mandan a escaparrar.

4. En Aragón, la lluvia no te moja.
Te chipia.

5. Y no hay un viento helador insoportable.
Hay cierzo.

6. También hay un río que a veces se desborda,
 pero no arrasa con nada.Solamente arrambla con todo.

7. En Aragón, los refrescos no pierden el gas s
i dejas el tapón abierto. Se esbafan si dejas el tape
sin poner.

8. Y el pan no se parte en pedazos.Se parte en cachos.

                        


9. En Aragón, no hay personas golosas que se
 llenan cuando comen mucho. Hay lamineros que
 se empapuzan si se exceden con la comida.

10. Y aún así, los aragoneses no eructan.
Se echan regoldos.

11. Y nunca tienen diarrea.
Tienen cagalera.

12. Si ensucian la cocina, no la barren para
 dejarla limpia. La escoban para dejarla escoscada.

13. Los enchufes de Aragón no dan calambre.
Dan garrampa.

14. El aragonés no se sorprende.
Dice “jodo”.

15. En Aragón no hay niños.
Hay zagales o pedugos.

16. Y a éstos no les gustan los toboganes.
Les gusta tirarse por los esbarizaculos…

            


17. … pero no se hacen heridas si se caen.
Se hacen cuqueras cuando se estozolan.

18. Si algo ha sido por tu culpa, no te persiguen.
Te encorren.

19. Los abuelos aragoneses no usan bastón.
Usan la gayata.

20. Y las parejas no quedan para salir.
Quedan para festejar.

21. En Aragón no se venera a la Virgen del Pilar.
Se venera a “La Pilarica”.

22. Los aragoneses no tienen valor.
Tienen pitera.

23. Y nunca mueren.
La espichan.

24. Los aragoneses no se niegan a hacer las
 cosas que no quieren. Lo hacen por cojones.

                


25. Los aragoneses no esperan. Aguardan.

26. Y si tardas mucho no te meten prisa.
Te dicen: “Ala, maño”.

27. Y aún así, no tienes que ir rápido.
Tienes que ir escopeteado.

28. Los aragoneses no van a un sitio porque
 sí. Van de propio.

29. Pero nunca toman atajos. Alcorzan.

30. En Aragón las cosas no se tiran. Se aventan.

31. Y a la gente no se le empuja.
Se le da un empentón.

32. En Aragón, no hay nadie soso ni seco.
Hay personas desustanciadas y jascas.

33. Tampoco hay gente tonta.
Hay zotes y ababoles.

34. No existen los malos trabajadores.
Hay záforas y zaborreros.

35. En Aragón, no hay sólo aragoneses.
También hay maños, mañas, mañicos
y mañicas.

jueves, 15 de septiembre de 2016

SAINETE DEL BURRO POLÍTICO.-

              
  
Unos versos de Muñoz Seca que cobran total actualidad.

Sainete del burro político.

Tengo un borrico canelo
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaó
Rebuzna como si fuera
diputao ministerial
y se come hasta el pesebre
como cualquier concejal.
Yo quisiera que a mi burro
lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros
a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos
no lo voy a conocer.

                                          ¡Y estos versos tienen más de cien años!

                                       LA HISTORIA  SE REPITE.

                        

miércoles, 7 de septiembre de 2016

LO QUE COSTABAN LAS COSAS ANTES DEL EURO.-

Se van a cumplir 16 años desde que entró el euro y los que recordamos el periodo anterior nos sentimos con derecho a quejarnos como en su momento les pasaba a nuestros abuelos Ellos nos contaban que iban al cine y a tomarse algo con 3 pesetas. Parecía imposible, y sin embargo la subida que se produjo a causa del euro fue mucho más rápida y dramática. Ahora nos damos cuenta de que los helados que parecían tan caros en la piscina nos resultarían tirados de precio. 

De un día para otro, muchas cosas cotidianas que costaban 100 pesetas (0,60 €) pasaron a valer un euro, una subida del 66 por ciento en bienes de consumo habitual. Pan,agua embotellada, tabaco... Salir a la calle parecía un robo, y tras todo este tiempo los ingresos de las familias no han cambiado tanto.

A finales de los ochenta, los 'polos' de naranja o limón costaban 15 pesetas, menos de 10 céntimos
Otros productos han mantenido o incluso bajado su precio. Entre la comida que ahora podemos permitirnos con más holgura que hace unas décadas están las carnes y los lácteos. La tecnología es mucho más barata en general, aunque por otro lado hay más aparatos que consideramos imprescindibles. Un alumno en el colegio sin ordenador tendrá problemas para seguir el ritmo de la clase, y si nos dejamos el móvil en casa nos sentimos casi desnudos. Además, nos vemos obligados a cambiar de teléfono a menudo, nada que ver con los primeros modelos que se comercializaron, muchos de los cuales aún funcionan. Lo mismo ocurre con las lavadoras o las televisiones, por obra y gracia del 'low cost'.
                                             
La ropa es también más económica, poniendo las cosas más fáciles a quienes tienen niños pequeños, que cambian de talla cada año. La calidad de la media de las prendas que compramos es otra historia, y la deslocalización de la producción crea probablemente más pobreza el tercer mundo de la que soluciona en el primero. A cambio de eso, ahora llegamos a pagar menos de dos euros por camisetas nuevas, unas 300 pesetas. Hechas salvedades como estas, hay muchas cosas que están objetivamente por las nubes... si las comparamos con los precios que vamos a ver.
Una nueva aplicación online para Reino Unido llamada Back in my days' ('En mis tiempos') ha reunido multitud de precios para que los usuarios puedan recordar lo que costaban ciertas cosas cuando ellos eran jóvenes. Eligiendo la zona del país y el año (desde 1917) aparece el sueldo medio, el precio de una vivienda, del coche, la gasolina, la cesta de la compra... Nosotros, entre la alarma y la nostalgia, hemos hecho una pequeña encuesta y hemos buceado un poco aquí y allá.
Aquí tienes el coste de algunas cosas significativas en 'nuestros tiempos', finales de los setenta, los ochenta y principios de los noventa.

Precios refrescantes
Refrescos de a peseta. A principios de los ochenta había unos sobres de bicarbonato con sabores que costaban eso, una peseta (0,006 €, ojo a los dos ceros). Otros lo llamaban "gaseosa de papelillo". La marca más famosa era El Tigre, que aún existe con una caja similar. 
Helados. Un Frigopie valía 40 pesetas (0,24 €) a finales de la década. En cuanto al Frigo dedo...
La cosa cambia. (fasebonus.net)
                        
Polos de naranja o limón. Eran helados de hielo sencillos, el bloque y el palito, y en el año 1985 u 86 costaban 15 pesetas, menos de 10 céntimos.
Pack de tres latas de atún. 179 pts. (1,076 €)
Pasta de dientes Colgate: 100 pts. (0,60 €)
Videojuegos. Cuando comenzaron, en la época de los Spectrum, un solo juego se valoraba hasta en 4.000 o 5.000 pts. (de 24 a 30 euros aproximadamente; el sueldo medio eran 30.000 pesetas).
Copas. A finales de los setenta, nos cuentan que se estabilizó durante un buen tiempo este precio: 50 pts. una birra (0,30 €), 100 pesetas los 'cubatas' (0,60 €), que por entonces aún se nombraban con la palabra completa, "cubalibres". Se usaba la misma expresión aunque fueran de ginebra en lugar de ron.
Cine. Un amigo consultado recuerda ir al cine a principios de los setenta y pagar 25 pesetas por una sesión doble dominical. Unos 40 céntimos de hoy. Aun con la subida de sueldos, no es de extrañar que ahora vaya menos gente al cine. A principios de los 90 eran ya 300 pesetas  en los cines de La Vaguada (1,80 €) en Madrid. Muy lejos de los precios actuales, en algunos cines y sesiones más de 9 euros.
                          
CD's 'originales'. La cultura en general nos cuesta menos desde internet, y demasiadas veces directamente dejamos de pagarla a sus legítimos autores y productores. Con todo, los precios de los CD's se resisten a bajar como el resto de artículos tecnológicos. Valían lo mismo que ahora (según la conversión a la entrada del euro), unas 3.000 pesetas (hoy las novedades están por los 18 o 19 euros). Los programas informáticos son ahora mucho más caros (un original llegó a bajar hasta las 900 pesetas para combatir la 'piratería'), pero la mayoría de las veces usamos copias gratuitas. 
Sobres de soldaditos. Un juego que ya se percibía barato en su momento y que daba para horas de diversión. En los setenta eran aún más baratos, pero en los ochenta los había desmontables por solo 25 pesetas (0,15 €). Que fueran sorpresa era aún mejor, y por esa inversión merecía la pena.
Abril de 1984.
                        
Gasolina. Una subida en el año 81 hizo llevarse las manos a la cabeza a los conductores. Uno de ellos nos cuenta: "Ese año estrené mi primera Vespa y llegamos al escandalosísimo precio de 80 pts. (0,50 €). ¡España se hundía!". Normal que tuvieran esa sensación, el litro de gasolina en la era del 'Seat 127' valía solo 20 pesetas, 12 céntimos de hoy. Además, se aparcaba en la calle sin pagar. Porque éramos menos, pero también porque tener coche no estaba al alcance de todos.
Recreativas. Los que tengan treinta y tantos recordarán jugar a las Tortugas Ninja o al 'Street Fighter' por 25 pesetas (0,15 €). Un amigo algo más joven recuerda que "echaba cinco duros y jugaba al futbolín, al 'Metal Slug' o al 'Cadillacs & Dinosaurs'. El billar era pizca más caro, 50 pesetas la partida" (0,30 €). Tras el euro, todo cambió. "El futbolín pasó a costar un eurazo, con mucha suerte 50 céntimos".
                        
Viaje de autobús. Otra colaboradora recuerda perfectamente que hacia el año '88 el viaje suelto valía 65 "pelas" (0,39 €) y el bonobús (diez viajes, y si no sabías esto eres demasiado joven para caernos bien) eran solamente 315 pesetas, menos de dos euros.
Tabaco. Esto nos cuentan del precio de este vicio tan de todos los días: "Cuando empecé a fumar, Fortuna, en el 94, valía 220 pelas" (1,32 €).
Café molido. El café Marcilla mezcla valía 139 pesetas (0,8 euros) en el supermercado Simago (o, como lo llamaban los chavales en Vallecas por lo fácil que era 'distraer' cosillas, el 'Simango'). Hoy, ni por diez veces eso te servirán una tacita. Si nos equivocamos en esto, por favor, direcciones de bares en los comentarios.


martes, 6 de septiembre de 2016

EL BARRIO DE LA JUDERÍA DE TERUEL.-



La Judería de Teruel está situada dentro del casco histórico de la ciudad de Teruel  y corresponde a la barriada donde, durante los siglos XIII, XIV y XV, vivió mayoritariamente su comunidad judía. Situada en el extremo oriental de la ciudad medieval, su centro geográfico está formado hoy día por la plaza de la Judería. Hoy día, el barrio mantiene perfectamente el urbanismo de origen medieval, con calles estrechas que se extiende entre el torreón de  Ambeles, el Tozal o antigua puerta de Zaragoza y  la Iglesia de San Pedro.
La ciudad de Teruel, fundada hacia 1170 por el rey Alfonso II, contó hasta su expulsión de 1492, con una importante comunidad judía, llegando a ser la quinta aljama judaica del Reino de Aragón  si se tienen en cuenta los impuestos que obtenía la Corona. Llegó a tener una población de 350 o 400 vecinos, cuya vida giraba en torno a la sinagoga , aunque también contó con varios oratorios privados financiados por familias ricas como los Najarí y los Abenmale, así como de una carnicería.

La llegada de judíos a Teruel se sitúa a partir de los años 1250, aproximadamente, siendo a partir de 1270 cuando se fechan las primeras referencias directas a vecinos turolenses judíos. Sin embargo, pronto se consolidará esta comunidad, puesto que en 1279 ya existía la sinagoga. El rey Pedro III apoyó directamente la instalación de nuevos pobladores judíos y musulmanes en la ciudad de Teruel. Hacia 1460 el barrio inicia un rápido declive debido a la emigración, consecuencia de la política antijudía de Fernando II, que culminará con la expulsión en 1492.
El barrio
 Está situado junto a las antiguas murallas, y se articula en torno a las actuales calles Ambeles, Judería, Valcaliente, Esteban, Horno, Caracol, Hartzenbusch, Aínsas y Comadre, algunas de las cuales se cruzan en la actual plaza de la Judería. Presenta una trama urbana de carácter radial, y ocupa la parte superior de una ladera en cuya cima se situó uno de los castillos que el Rey de Aragón tenía en Teruel, el llamado castillo menor o castro superiori judeorum, referencia directa a su proximidad con la judería.

Como consecuencia de la Guerra Civil, la mayor parte del caserío fue destruido, de ahí que una parte de los actuales edificios hayan sido construidos durante la segunda mitad del siglo XX. Si bien a nivel constructivo, apenas se conserva ningún edificio por las razones ya apuntadas, desde el punto de vista arqueológico la judería de Teruel constituye uno de los mejores conjuntos en Aragón. Ya a principios del siglo XX se produjo el descubrimiento del cementerio judío, que reportó un interesante ajuar de joyas, pero fue en 1978 cuando se llevó a cabo el descubrimiento de un amplio espacio subterráneo, identificado por entonces como la sinagoga. Sin embargo, las numerosas excavaciones arqueológicas realizadas en este sector de la ciudad han permitido descubrir y conocer una buena parte del barrio medieval, aunque la mayoría de estudios permanecen inéditos. Bajo la actual plaza de la Judería se han descubierto los restos de cuatro viviendas, que contaban con amplias bodegas subterráneas soportadas por arcos apuntados, construidas a partir de 1360 aproximadamente.

Actualmente, se trata de un barrio renovado y con mucha vida, gracias a su proximidad al centro de la ciudad.

JUDÍOS EN LA TECHUMBRE DE LA CATEDRAL La techumbre mudéjar de Santa María de Mediavilla constituye un observatorio privilegiado sobre la percepción que los coetáneos tienen de los judíos en el último tercio del siglo XIII, momento en que la comunidad es todavía incipiente. En una de las ménsulas, relativas al ciclo narrativo de la Pasión de Cristo, se representa a dos judíos, vestidos con ropa corta y manto largo con capucha, señalando al Redentor e implicándose a propósito en su muerte. La influencia de las órdenes mendicantes se plasma en el expresionismo grotesco de sus rostros, con un perfil nasal exagerado.

lunes, 18 de julio de 2016

AGUSTINA DE ARAGÓN. UNA HEROÍNA.-






Agustina de Aragón (1786-1857). Su verdadero nombre era: Agustina Raimunda María Saragossa Doménech, nació en Barcelona el 4 de marzo de 1786. Fruto del amor de sus padres, leridanos, del pueblo de Fulleda. Agustina se casó con 16 años, con Juan Roca natural de Figueras, militar destinado en Barcelona. Juan participó en muchas acciones bélicas en la zona de Barcelona, hasta que fue destinado a la guarnición de Zaragoza a la que le acompañó Agustina y el hijo de ambos de tan solo 4 años. 


Fue sin duda "Agustina de Aragón" una de las figuras más representativas de la resistencia del pueblo aragonés contra las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Su popularidad a partir del episodio del Portillo fue enorme, convirtiéndose en el gran símbolo hispano ante el ataque de las tropas napoleónicas, junto a otros muchos héroes de la mitología popular, considerados como los numantinos de los tiempos modernos al decir de Pérez Galdós: Aquellos paisanos medio desnudos, con alpargatas en los pies y un pañuelo arrollado en la cabeza... Agustina nació en Reus, falleciendo en Ceuta a donde se dirigió con el último de sus maridos. 

El 15 de junio de 1808, los franceses forzaron las entradas a la ciudad por la zona de Casablanca, intentando penetrar en Zaragoza entre las puertas del Carmen y del Portillo y en medio de un intenso ataque artillero, cerrándose el cerco por diversos puntos de la ciudad. El gran asalto del 2 de julio se centró, entre otras zonas, en el Portillo, donde la batería allí dispuesta había ido perdiendo uno a uno sus defensores. Fue entonces cuando hizo aparición la heroína "Agustina de Aragón", que tomando la mecha de las manos de un moribundo, disparó el cañón contra los atacantes, consiguiendo su retirada. 


Este hecho de "la artillera" es el que inmortalizó Goya en su serie de los Desastres  de la Guerra, con el grabado titulado ¡Qué valor!, en el que aparece la joven Agustina junto a la pieza de artillería disparada.

Agustina de Aragón significa, ante todo, un nombre más de la resistencia aragonesa ante Napoleón, al que acompañan el cura Sas, el padre Boggiero, el Tío Jorge, la condesa de Bureta, Casta Alvarez, Manuela Sancho... y una enorme lista de héroes anónimos compuesta por militares, campesinos, nobles y burgueses, ancianos y niños que opusieron sus cuerpos al disciplinado y bien pertrechado ejército francés.

Tuvo tanto eco la acción de la jóven Agustina que sólo tenía 22 años, que el propio general Palafox la condecoró y la nombró Artillera con sueldo de 6 reales diarios.

Intervino Agustina en otros episodios de los Sitios de Zaragoza, participando en la lucha por el convento de Jerusalén (y también en el Sitio de Teruel). Su azarosa vida le llevará todavía al Sitio de Tortosa, donde nuevamente fue hecha prisionera, escapándose más tarde.

Su arriesgada participación en la contienda le valió una pensión de 100 reales que le concedió Fernando Vll. Estuvo la heroína unida en matrimonio, primero con un militar, después, al darle por muerto, con el capitán Luis de Talarbe y, por último, con otro hombre de armas, Juan Eugenio Cobo de Belchite.

Falleció Agustina en Ceuta, en el año 1857. En el mismo año el Ayuntamiento zaragozano acordó trasladar su cuerpo, medida que no se llevó a cabo hasta 1870, descansando sus restos primero en el templo del Pilar y después, definitivamente, en la iglesia de Nuestra Señora del Portillo junto a otras heroínas locales Casta Álvarez y Manuela Sancho, mujeres con valentía y coraje que lucharon durante la Guerra de la Independencia.

También hay que destacar el ejemplar comportamiento y valor de María Agustín, la condesa de Bureta, Manuela Sancho y la Madre Rafols, además del general Palafox que declaró la guerra a los franceses y rechazó la rendición que le ofrecía el mariscal francés Lefreve.

domingo, 12 de junio de 2016

LEYENDA DE LA ENTERRADA VIVA DE ALFAMBRA.-


La leyenda de la enterrada viva de Alfambra cuenta cómo don Rodrigo, «hombre virtuoso y esforzado», se encontró un día con el joven rey moro y éste presumió de lo bien dotado que estaba sexualmente. «¿Qué te parece este dardo?», le dijo mostrando el tamaño de su pene, haciendo reír al conde. Al recordar después el encuentro, la risa le volvió a asaltar al conde, que acabó por contárselo a la condesa. Ésta «se hizo la desentendida», pero «enseguida envió su secretario al rey moro diciéndole que estaba enamorada de él».
El rey moro, muy contento, urdió entonces un plan. Dio al intermediario un narcótico para que se lo colocara a la condesa bajo la lengua. Así fue cómo ésta pareció estar muerta durante días.
El conde, viendo que aún seguía caliente, se resistió a enterrarla durante tres días, pero cedió al ver cómo no reaccionaba ni siquiera cuando le echaron plomo derretido en la palma de la mano.


Esa noche, el intermediario la desenterró y, quitándole el narcótico, la llevó hasta Camañas junto al rey moro. Solo la pareja y el alcahuete conocían el secreto. A los servidores de la casa del rey moro se les dijo que éste había pagado 12.000 doblas por esa mujer traída desde tierras lejanas.

Ocho meses después, un cristiano que había presenciado cómo le fue horadada la mano a la condesa la reconoció en Camañas y fue con el cuento a Alfambra.

 El conde acordó entonces una estratagema con sus soldados y se presentó disfrazado de pobre ante su esposa. Ésta lo delató y entregó al rey moro, pero cuando la comitiva se dirigía a un cerro para ejecutarlo, los soldados de don Rodrigo atacaron por sorpresa. El señor de Alfambra fue liberado y al rey y la reina, quemados en Peña Palomera.